La singular gira proselitista iniciada por el actual ministro de Hacienda, Santiago Peña, para sondear a las bases del Partido Colorado acerca de su probable postulación a la presidencia de la República por el movimiento oficialista Honor Colorado, no empezó de buena manera, al involucrar el uso del aparato del Estado en su intento de ganar adhesión.
Aunque Peña pidió permiso sin goce de sueldo por cinco días en su cargo de secretario de Estado, para efectuar un recorrido por diversos puntos del país, en compañía de su probable acompañante en la chapa presidencial, el actual gobernador de Itapúa, Luis Gneiting, en la mañana de ayer el uso de los recursos públicos con fines proselitistas se hizo más que evidente, cuando el secretario de Estado apareció en un acto público con la intendenta municipal de Ciudad del Este, Sandra McLeod de Zacarías, para acompañar la entrega de tarjetas magnéticas a 1.100 familias beneficiarias del programa de asistencia gubernamental Tekoporã.
Por más de que haya insistido en que su presencia era solamente en carácter de “invitado”, resulta infantil intentar convencer de que no se ha buscado sacar réditos políticos hacia su figura, aprovechándose de uno de los programas asistencialistas del actual Gobierno, ejecutado por la Secretaría de Acción Social (SAS).
Resulta igualmente cuestionable que una de las primeras reuniones con operadores políticos y con empresarios se haya realizado en la sede de la Junta Departamental, en el edificio de la Gobernación del Alto Paraná, ya que implica involucrar a una institución gubernamental regional en un plan político electoral que responde a un movimiento interno del Partido Colorado.
Estas acciones resultan aún mucho más criticables cuando quien las promueve insiste en presentarse justamente como un “nuevo político”, que por su juventud y por su alta formación técnica académica promete distanciarse de las prácticas ilegales de la política criolla. Sin embargo, la actitud que demuestra, al tratar de capitalizar los recursos del Estado para afianzar su figura en el electorado, no hace más que repetir los mismos viejos vicios que presuntamente busca superar.
Aunque Santiago Peña y Luis Gneiting son los virtuales elegidos del actual presidente de la República y principal líder del movimiento Honor Colorado, Horacio Cartes, para que sean sus sucesores como candidatos a presidente y vicepresidente, aún están en una etapa experimental, buscando comprobar cuánta adhesión despiertan en las bases del oficialismo. Por ello es importante que la ciudadanía no caiga en engaños. La manera en que arrancaron su gira preelectoral solo demuestra que ofrecen más de lo mismo.