El candidato republicano a la vicepresidencia, Mike Pence, consideró hoy en una entrevista en CNN que las acusaciones de racismo de los demócratas “suenan desesperadas”, pero lo cierto es que los afilados dardos de esta semana han salido de ambas campañas.
El alud de insultos comenzó el miércoles, cuando Trump dijo que Clinton es “una racista que ve a la gente de color solo como votos, no como seres humanos que merecen un futuro mejor”.
La candidata demócrata replicó enseguida en una entrevista en CNN afirmando que el magnate “cortejó a los supremacistas blancos” y “ha diseminado el racismo”.
Después, en un mitin en Nevada acusó a su rival de “haber normalizado a los grupos de odio y ayudado a los radicales a dominar el Partido Republicano” con su “campaña construida sobre el prejuicio y la paranoia”.
El viernes, el candidato demócrata a la vicepresidencia, Tim Kaine, indignó al entorno de Trump al afirmar en Florida que el magnate “tiene seguidores como David Duke conectados con el Ku Klux Klan que van por ahí y dicen que es su candidato porque está impulsando sus valores”. efe