Raúl Cortese
ITAPÚA
Ayer al mediodía, en un aula de la escuela Nº 2334 Coronel Francisco López del distrito de Yatytay, ubicada en el kilómetro 9, en el Departamento de Itapúa, se derrumbó una gran viga de madera, cayendo abruptamente sobre un pupitre. Afortunadamente, los alumnos del turno mañana ya se habían retirado y los de la tarde aún no llegaron, por lo que no hubo víctimas. “Si la viga caía en horario de clases, tres alumnas habrían alcanzadas”, lamentó Julio Chamorro, docente de la institución.
El director del nivel inicial, Mario López, en comunicación telefónica con Última Hora, confirmó el incidente, aunque no quiso precisar más detalles ya que aguardaba un informe de parte de las autoridades del colegio y luego informar a sus superiores del Ministerio de Educación y Ciencias.
También confirmó que a pesar de semejante tamaño de la viga que se desprendiera del techo, no se registraron heridos.
La enorme madera prácticamente cruza el aula, y en la mitad de la misma es donde cayó, sobre el pupitre que acostumbran a ocupar dos alumnas de 6 años de edad, según precisaron. En el aula dan clases 15 niños en cada turno y los docentes calculan que si la viga caía en horas de clase como mínimo serían 3 los alumnos alcanzados.
También cayo un ventilador que se sostenía de la viga.
Gravedad. Se confirmó además la suspensión de clases en esa parte de la estructura del colegio, sector que fue refaccionado y cuyas obras finalizaran a principios del presente año, obras que fueron licitadas por el Municipio de Yatytay, a cargo del intendente Pablo Saucedo.
La construcción en sí es muy vieja, data ya de 1977 aproximadamente y hasta el momento solo se realizaron mejoras superficiales.
“Nunca recibimos la obra, nunca se acercaron de la empresa o del Municipio a entregar un acta oficial, inclusive hice llegar una nota en donde resaltaba que de la obra aún faltaban detalles por terminar, pero nunca me contestaron”, explicaba el profesor Julio Chamorro.
preocupante. Pero la preocupación de los docentes y los padres de familia no termina allí, pues todas las maderas del resto de la construcción son de la misma época, es decir del año 1986. “La madera que cayó estaba toda podrida, el resto del pabellón tiene la misma madera, no fue cambiada, ahora estamos con miedo de dar clases en el resto de la construcción”, explicaba Chamorro, quien lamentó que los responsables no asuman responsabilidades, ya que de haber ocurrido una desgracia, los directivos de las instituciones escolares iban a sufrir todo tipo de acusaciones.