Diálogo, preguntas, reclamos y hasta ofensas de diverso calibre surgieron en medio del debate sobre la ideología de género y su aplicación en nuestro país. Leyendo algunos artículos, entrevistas y comentarios al respecto, de parte de referentes de medios de comunicación y analistas de Paraguay, queda la duda sobre la gente que necesita aprender sobre este marco teórico. Por ejemplo está el caso de los profesionales del Colegio Americano de Pediatras de Estados Unidos (ACPeds, por sus siglas en inglés), asociación no oficial formada por un grupo de prestigiosos pediatras y otros profesionales, entre ellos, Paul McHugh, antiguo jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital Johns Hopkins, uno de los más reconocidos centros médicos de Estados Unidos, quienes a principios de año instaron a rechazar este marco teórico porque “condicionan a los niños para aceptar como normal una vida de suplantación química o quirúrgica de su sexo por el sexo opuesto”, y olvida que son “son los hechos y no la ideología” los que “determinan la realidad”, esto es, que “la sexualidad es un rasgo biológico objetivo”.
Pero existe otro caso, quizás más preocupante, considerando los años de estudio y asesoramiento con que cuenta: el papa Francisco. En efecto, el Obispo de Roma también es uno de los principales críticos a la ideología de género. El año pasado, en la conferencia de prensa ofrecida a los periodistas al regreso de Georgia y Azerbaiyán, el religioso afirmó que el adoctrinamiento de los niños con la ideología de género “es una maldad”, para luego añadir que su difusión e instalación en el mundo por parte de organizaciones internacionales forma parte de las “colonizaciones ideológicas”.
Igualmente, hace algunas semanas, en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia por la Vida, volvió a criticar este marco teórico, afirmando que busca neutralizar “radicalmente la diferencia sexual y, por tanto, la comprensión del hombre y de la mujer...”, a lo que habría que sumar que en otras ocasiones había señañalado que países influyentes financian la instalación de esta ideología en escuelas, y que esta corriente de pensamiento “es una equivocación de la mente humana”, que “vacía el fundamento de la familia”. Aspectos realmente graves y para tener en cuenta. ¿Será que estos dos casos representan a gente que no se enteró de argumentos tales como que la ideología de género “no existe” o que ella “solo busca la igualdad entre varón y mujer”, o que es una manipulación de “grupos religiosos fundamentalistas” que no quieren que exista educación sexual y no les interesa la violencia doméstica y sexual? En realidad son referentes y saben de lo que hablan, por lo que valdría preguntarse por qué lo hacen En tanto, nos toca reconocer que somos “gente que necesita aprender"; aprender a escuchar y analizar seriamente los argumentos, en vez de emitir calificativos motivados por prejuicios o rabias. Somos gente que necesita aprender a debatir sin exabruptos, abiertos a las preguntas y las necesidades del semejante; a mirar al otro “como un bien”, con toda su dignidad y valor. Es un reclamo que debería ser personal.