Es la situación de la supervisora del Guairá Wilma Portillo, quien ganó el concurso público a principios de año para la localidad de José Fassardi. Pero ahora la enviaron al distrito de Borja, distante a unos 70 kilómetros de Fassardi.
El reglamento del concurso público de oposición era claro: Los candidatos podían elegir el lugar de su preferencia y serían ubicados allí en caso de ganar el puesto con los mejores puntajes. Tenían también una opción B, en el caso de que otro postulante alcance puntajes mayores para el mismo puesto. Pero Portillo reclama que ella ganó su puesto con el mejor puntaje, y aún así fue trasladada a una ciudad distante, en el mismo departamento.
Después de ordenar traslados, el MEC se dedicará ahora a investigar los casos de los supervisores ganadores de concurso desplazados de sus legítimos puestos.
Más casos. La supervisora Gladys Adorno también denunció que fue trasladada de manera irregular a Villa Elisa desde Lambaré. El reclamo se hizo de manera oficial ante la dirección de Fortalecimiento de la cartera educativa.
Su situación es similar a la de Portillo, pues es ganadora del último concurso y su elección de preferencia es en la zona de Villa Elisa.
Los directores de área de instituciones educativas de gestión oficial protestaron igualmente debido a que la decisión del MEC fue “sorpresiva y sin previa información”, según le hicieron saber al propio Riera (vía nota).
Además, fueron contratados por el ministro encargados de despacho que nunca se presentaron a concursos y funcionarios que sí se presentaron, pero obtuvieron puntajes demasiado bajos.
“TRABAJAN”. Riera aseguró que pese a los reclamos, todos los supervisores que ganaron concursos públicos son hoy supervisores.
“Todos están trabajando, pero vamos a estudiar caso por caso y si corresponde, replanteamos”, dijo el titular de Educación.
Afirmó, además, que dos tercios de los 600 supervisores que están trabajando actualmente en el MEC ingresaron por concurso. En total son entonces 200 los supervisores contratados sin concurso.