Por Carlos Elbo Morales
Para Ramón Espínola no hay tiempo para lamentos. Subió al techo de lo que quedó de su casa para colocar una nueva chapa. Lo ayudan sus hijos y vecinos. Atrás, en el patio, están los restos de botellas, plásticos, sillones y otras cosas más consumidas por el incendio de la tarde del miércoles en el Bañado Sur.
“Estaba en mi trabajo cuando me llamaron. Vine enseguida, pero ya no pudimos salvar nada. En diez minutos agarró todo”, cuenta Ramón, quien trabaja en un taller de radiadores. Su ingreso, entre G. 300.000 y 400.000 por semana, no llega al sueldo mínimo mensual. " Ahora tuve que conversar con la persona con quien tengo cuentas para que me espere. El dinero que tenía para él también se quemó”, describe Ramón, quien deja su número, (0981) 464-962 para quien esté interesado en contratarlo. “Puedo hacer trabajos de chofer”, revela.
Daniel recorre el patio de don Ramón mirando lo que el fuego se llevó. Con uno de sus amigos vio cómo todo empezó. “Nosotros también ayudamos a quitar las cosas. Escuchábamos cómo la gente gritaba, llamaban a los bomberos, trataban de apagar el fuego. Demasiado rápido se quemó todo”, dice el niño.
A la sombra de los restos de una casa quemada, Santiago Patiño observa lo que quedó de la suya. “Esta ropa que tengo puesta es todo lo que tengo”, dice. Forzosamente tuvo que dejar el reposo médico para intentar salvar las cosas de su mamá. Hace poco tiempo, Patiño estaba internado en el Hospital Barrio Obrero, donde estaba en tratamiento. Ahí le habían diagnosticado hepatitis C. Ahora el joven, que se desempeñaba en labores de albañilería, quiere apurar su recuperación para poder trabajar y volver a tener lo que perdió en el fuego. “Si alguna persona desea darme trabajo, puede llamar al (0986) 393-102", dice, sin dejar de mirar el humo.
Panorama. El siniestro del basural, que dejó 11 familias damnificadas, lo que equivale a 54 personas aproximadamente, tiene dos posibles causas. La mayoría de los testimonios coinciden en la causa pudo deberse a que dos jóvenes accidentalmente iniciaron el siniestro. Otra causa posible podría ser la gente que tiene que quemar cosas para extraer el cobre que hay dentro. En uno u otro caso, la basura, las malezas secas por la helada y el fuerte viento contribuyeron a expandir las llamas que fueron controladas por los bomberos casi diez horas después.
Sin embargo, muchos no durmieron debido al humo. Otros estuvieron en vela cuidando sus pertenencias, ya que durante los momentos más críticos varios aprovecharon el momento para robar los enseres de los afectados.
Caminando por la callecita que llega hasta la zona afectada, los damnificados traían consigo colchones y carpas que recibían como primera ayuda de la Municipalidad de Asunción y la Secretaría de Emergencia Nacional. También reciben chapas, puntales y carpas. “Estaremos acá el tiempo que sea necesario”, adelantó Iván Allende, del Departamento de Acción de la Municipalidad.
Al filo del mediodía, llegaron al lugar Joaquín Roa, ministro de la SEN, y Hugo Ramírez, quienes prometieron que habría ayuda para recuperar parte de los bienes que el fuego se llevó.