El 10 de abril de 2017 los policías remitieron un informe del análisis de las planillas de control de movimiento de armas, y el libro de control del personal que ingresa y sale de la Comandancia, el libro de control del Depósito de Antidisturbios, y el libro de novedades de la Guardia.
Con base en ese informe, la acusación concluye que “no se puede determinar en qué circunstancias Florentín se apoderó de la escopeta y munición que utilizó durante la manifestación de la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de 2017".
Es decir, la Fiscalía se quedó con la versión que le dio la Policía y que presentó el Gobierno a través del entonces viceministro de Asuntos Políticos (hoy ministro del Interior), Ariel Martínez, con el director general de Orden y Seguridad, comisario general Luis Pablo Cantero, que mencionaban que el suboficial Florentín supuestamente se había escapado de la Comandancia para salir a la calle.
Sin embargo, existen claras evidencias de que Florentín, a pesar de tener medida cautelar de arresto domiciliario, que cumplía en la Comandancia, él salía normalmente a prestar servicio como agente de la Agrupación de Seguridad.
El Gobierno y la Comandancia aseguraban que Florentín no estaba en ninguna orden de servicio por estar con prisión domiciliaria, y la Fiscalía lo cree así. Sin embargo, la semana antepasada, se filtraron las grabaciones de la cámara de vigilancia del Congreso Nacional.
En ellas se observa al suboficial Florentín en el Senado, desde el 28 de marzo hasta el 31 de marzo estuvo en servicio a cargo de diferentes uniformados. El día en que se llevó a cabo la sesión paralela donde dieron vía libre a la enmienda de reelección, Florentín estaba en el edificio y en compañía del comisario general Enrique Isasi, en ese momento jefe de Apoyo Táctico de la Policía.
Pero en la tarde del 31 de marzo, Florentín también estaba en formación, armado y con todo el equipo táctico. ABC TV había captado el momento de la formación de la columna y en la imagen se ve al comisario Zacarías Centurión.
La coordinación de la seguridad del Congreso con los cascos azules aquel día estuvo a cargo del comisario Isasi, y el comisario general Prudencio Burgos, quienes además respondían directo al director general Luis Pablo Cantero, que operaba desde la Comandancia, de donde Florentín no podía salir.
Planimetría y balística dicen que suboficial sí disparó
La pericia balística y el estudio de planimetría que realizó el Laboratorio Forense del Ministerio Público pudo determinar que fue el suboficial ayudante Gustavo Adolfo Florentín el que realizó el disparo letal que terminó con la vida del joven Rodrigo Quintana en el asalto al PLRA. Así se menciona en la acusación.
Como la escopeta tiene el ánima lisa y utilizan cartuchos que no dejan estrías a través del tubo cañón como el resto de las armas, se recurrieron a otros detalles técnicos. La sección de Fisicoquímica del Laboratorio Forense del Ministerio Público determinó que encontraron presencia de nitrito en las muestras extraídas del ánima del tubo calón de la escopeta que utilizó Florentín.
En cuanto a los datos de planimetría, detalla que el disparo provino del primer hombre que ingresó por la puerta principal, a una distancia de 9,20 metros. Como hay una escalera en la puerta de ingreso al PLRA, los balines dentro del cuerpo de Rodrigo tuvieron una trayectoria leve de abajo arriba.