El dato fue confirmado extraoficialmente por el comisario Carlos Fleitas. El agente policial sostuvo que los familiares de Alecio Dresch solicitaron a los investigadores abandonar la zona de plagio debido a un pedido de los secuestradores.
Dresch, de 73 años, y su nieto, de 12, fueron secuestrados hace más de 72 horas cuando trabajan en un campo ubicado dentro de su estancia en el Departamento de Caaguazú. La familia recibió esa misma tarde la comunicación de parte de los sindicados como captores, quienes solicitaron USD 300.000 para liberarlos.
Luego de varios días de silencio los secuestradores se comunicaron nuevamente este jueves con la familia y pusieron como condición para la negociación que ningún fiscal, policía ni periodista esté en la zona del plagio, informó el periodista de Última Hora Robert Figueredo.
Los investigadores acataron rápidamente el pedido de los familiares y abandonaron el sitio en cuestión para garantizar la seguridad de los secuestrados. La población se encuentra indignada ya que este es el primer acto relacionado a un secuestro que ocurre en la zona.
Desde el martes un equipo liderado Zunilda Ocampos, fiscal de Ciudad del Este, realiza rastrillajes para hallar alguna pista del suceso. La comitiva policial y fiscal ingresó hace unos días a la zona boscosa donde se vio por última vez a los ahora secuestrados.
Los supuestos delincuentes impusieron a la familia ciertas exigencias para negociar la liberación. Pidieron el pago de USD 300.000 y aseguraron que las víctimas estaban bien, pero luego también exigieron que la Policía se mantenga fuera del caso.
Con el secuestro del brasileño Dresch y su nieto, en la era de Horacio Cartes ya hubo un total de 23 víctimas de secuestro, de las cuales 12 fueron víctimas de las bandas armadas que operan en el norte del país –donde actualmente hay cinco personas que se encuentran también en cautiverio– y 11 de criminales comunes.
Nueva Toledo tiene alrededor de 5.000 habitantes y es considerado un distrito muy pequeño. La población no asume lo que ocurrió, ya que antes no había pasado un hecho similar y siempre fue considerado un sitio sumamente tranquilo.