El sistema cloacal explotó el domingo debido a una falla de los motores de las motobombas que dejaron de funcionar, y además se taponó el ducto que conecta el sumidero cloacal de la Cámara de Diputados con el sistema de alcantarillado de la ciudad, provocando que los residuos no encuentren una salida.
De acuerdo con lo señalado por el jefe de mantenimiento de la Cámara Baja, José Daguerre, el edificio cuenta con dos reservorios de aproximadamente 225 a 250 metros cúbicos cada uno, con capacidad para 225.000 litros de agua servida que son impulsados a través de dos motobombas sumergibles dentro del sumidero y empujan el agua hasta el sistema de alcantarillado de la ciudad.
El jefe de mantenimiento sostuvo que las motobombas ya fueron reparadas, pero que luego se detectó el taponamiento en uno de los ductos, donde los obreros ya estaban trabajando para solucionar.
El olor nauseabundo era perceptible con más notoriedad en los accesos a la Cámara de Diputados y en los ascensores.
Los ductos de ventilación y los ascensores sirvieron como conductos para que la pestilencia se pudiera esparcir en el edificio, en especial en la planta baja de la Cámara Baja.
Para evitar percibir el olor, muchos funcionarios utilizaron tapabocas o bien bufandas y otros abrigos.
La construcción del edificio del Congreso costó unos USD 20 millones donados por la República de China en Taiwán, y cuenta con varios problemas de infraestructura, ya que ante cualquier lluvia se suele inundar el recinto.