Algunas de las familias más pobres están teniendo problemas para alimentarse, mientras otras acumulan y esconden comida porque creen que los precios seguirán subiendo ahora que la batalla que comenzó 6 semanas atrás se acerca a la ciudad. “Destacados informantes nos están diciendo que las familias pobres están luchando para poner comida suficiente en sus mesas”, dijo la coordinadora humanitaria de la ONU en Irak, Lise Grande. “Es muy preocupante”. Tropas gubernamentales iraquíes y kurdas rodean la ciudad por su parte norte, este y sur, mientras las fuerzas de Movilización Popular intentan acercarse desde el oeste. Los precios minoristas subieron con fuerza la semana pasada, después de que los combatientes de la Movilización Popular cortaron la ruta de suministro a Mosul desde la mitad siria del califato declarado por Estado Islámico dos años atrás en zonas de Irak y Siria pobladas por suníes.
Se cree que aún viven más de 1 millón de personas en zonas de Mosul bajo control de militantes de EI, que capturaron la mayor ciudad del norte de Irak mediante una ofensiva sorpresa que tomó un tercio del país en 2014. La recuperación de Mosul, el último bastión urbano de EEI, es considerada crucial para desmantelar el califato. Ahora que fue cortada la última ruta de suministros, los precios de los productos básicos en Mosul podrían duplicarse en el corto plazo, dijo un trabajador humanitario que pidió permanecer en el anonimato. Unos 100.000 soldados gubernamentales iraquíes, fuerzas de seguridad kurdas y milicianos en su mayoría chiíes están participando en el asalto a Mosul que comenzó el 17 de octubre, con apoyo aéreo y terrestre de una coalición militar internacional liderada por EEUU. reuters