EFE
La Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol (Cadibsa) emitió un comunicado, remitido a Efe, en el que afirma que “está demostrado que los impuestos a bebidas azucaradas son ineficaces para abordar los desafíos de salud pública”.
Asimismo, reclama “poner el foco en la recaudación de la evasión, que es del 30 % en la industria, en lugar de un incremento impositivo al sector formal de bebidas”, puesto que según esa organización empresarial “el 50 % del precio que paga el consumidor hoy por una bebida sin alcohol corresponde a impuestos”.
Para Cadibsa, que rechaza la propuesta de un incremento tributario basado en el uso de azúcar en bebidas, “un impuesto de estas características resulta distorsivo y discriminatorio, ya que penaliza sólo a una categoría en particular, sin considerar otros productos que contribuyen significativamente a la ingesta diaria de azúcar”.
Recuerda esa patronal que “el 85 % de las bebidas sin alcohol se vende en comercios de barrio, almacenes, quioscos y despensas y representan aproximadamente el 40 % de sus ingresos”, y asegura que, debido a la elasticidad de la demanda que tiene el sector, un mayor impuesto “significaría una merma en el consumo y eso representaría menores ingresos para miles de familias”.
Al mismo tiempo, la Unión Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) remitió a Efe otro documento en el que muestra su “total rechazo” a las medidas, a las que acusa de ser “un golpe directo” a la rentabilidad de los quioscos y pone en riesgo de cierre a 100.000 de ellos.
UKRA afirma que se trata de “impuestos recesivos que castigan al consumo y el trabajo de las clases trabajadoras”, y pone de relieve que “la inflación que no cede, los tarifazos, el aumento de alquileres y los aumentos de impuestos nos están empujando al precipicio a las miles de familias quiosqueras”.
Consideran los quiosqueros que de prosperar esta iniciativa del Gobierno que preside Macri “sería absolutamente discriminatorio para el sector”, ya que la mayoría de sus ventas están representadas por gaseosas, aguas saborizadas y cervezas.
“Un aumento de impuestos -argumenta- se traslada automáticamente al precio y castiga fuertemente a los eslabones más débiles de la cadena: quiosqueros, consumidor y trabajadores”.
“Somos personas de clase trabajadora que en gran parte hemos acompañado a esta gestión porque queremos ver a un país pujante; pero no creemos que empujarnos al precipicio sea el camino para lograrlo”, subraya UKRA.
La reforma fiscal anunciada el martes por el Gobierno argentino prevé reducir los impuestos internos que gravan productos electrónicos o los vehículos de gama media, pero aumentar las alícuotas para los autos de alta gama y para productos considerados perjudiciales para la salud, como las bebidas alcohólicas y las azucaradas.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo que el Ejecutivo enviará en los próximos días al Parlamento un proyecto de reforma tributaria que prevé una rebaja gradual de algunos impuestos y buscará incentivar las inversiones y la creación de empleo.
Dujovne remarcó que la reforma se propone ir hacia un sistema tributario “equitativo, eficiente y moderno”, con menor evasión y presión tributaria sobre los contribuyentes.