De acuerdo a las informaciones proveídas por fuentes policiales, la mayoría de estos llamados son realizados desde las penitenciarías del país por reclusos que ya se convirtieron en expertos en la extorsión.
Una fuente que prefirió guardar su identidad por temor a represalias, y autodeclarado uno de los pioneros en el ramo delictivo de la extorsión, sostuvo que este es uno de los negocios más rentables para los reclusos, llegando a redituarles alrededor de G. 20.000.000 al mes.
Robo de vehículos. La fuente indicó que la forma más rentable para chantajear a la gente y lo que más reditúa son las llamadas a personas que fueron víctimas de robo de vehículos, a quienes se les ofrece la posibilidad de recuperar el rodado, pagando grandes sumas de dinero. “En una época llegué a ganar de cinco a diez millones de guaraníes por vehículo; era en la época en que la gente era más ingenua. Ahora, la Policía advierte a la ciudadanía y es más difícil que caiga”, afirmó.
Sobre el actual modus operandi, en el que los malvivientes llaman a sus víctimas solicitando giros o que se les cargue saldo en el celular, nuestro informante afirma que en el caso de los giros, son retirados por una persona de confianza, que luego se encarga de acercar el dinero a las cárceles. “Los pedidos de saldo se utilizan para volver a venderlos dentro del penal. Si te cargan por 50.000 guaraníes, eso se vuelve a vender entre los propios internos hasta con los guardiacárceles. Dentro de la cárcel, una de las formas más fáciles de hacer dinero es vendiendo saldos”, agregó.
Antes de la masificación de los teléfonos celulares y de las empresas que se dedican a girar dinero, los delincuentes recurrían al ingenio para hacerse con el dinero de sus víctimas. Para ello, contaban con la complicidad de varias personas, desde los guardias hasta gente que está afuera, para lograr el objetivo. “Utilizábamos a personas que nos acercaban el dinero cobrado hasta la cárcel. La forma que el dinero llegue a nosotros varía de acuerdo a la situación: a veces, lo introducíamos en bolsas de carne, o en el interior de championes o ropas que nos llegaban de afuera”.
Redes sociales. Si bien asumen que el negocio recayó un poco en los últimos tiempos, ya que mucha gente ya no cae tan fácilmente en los argucias de los delincuentes, todavía hay personas ingenuas que acceden a los chantajes y también ofrecen mucha información para los delincuentes a través de las redes sociales. “Hoy en día las personas publican casi todos los detalles de su vida en el Facebook y otras redes sociales y eso hace que recabar las informaciones sea más fácil para los extorsionadores”, sentenció.
A pesar de las advertencias de la Policía y las publicaciones en los medios de comunicación, un sinnúmero de personas sigue cayendo en las garras de los estafadores vía teléfonos. Ante esta situación, la Policía recomienda llamar al 911 o a la comisaría más cercana, denunciando el hecho y proveer el número del cual recibió la llamada.