28 jun. 2025

Escuelita indígena de CDE necesita tanque de agua y pista de formación

La comunidad se denomina Yvu Porã Renda y pertenece a la parcialidad Mbya Guaraní. La institución está ubicada en el barrio La Blanca. Entre otras falencias cuenta con un baño que no pueden utilizar.

Acceso a la educación.  A pesar de las necesidades, los pequeños se esfuerzan bastante.

Acceso a la educación. A pesar de las necesidades, los pequeños se esfuerzan bastante.

Wilson Ferreira

CIUDAD DEL ESTE

“Estamos trabajando con la comunidad. Estamos viendo qué hacer. Nuestra mayor necesidad es contar con un tanque elevado, para tener acceso a agua corriente y poder utilizar el baño moderno que tiene nuestra escuelita y que no se puede usar”, manifestó Mirian Saucedo Cañete (unidocente), directora y profesora de multigrados de la Escuela Básica, número 7815 de la comunidad indígena Yvu Porã Renda (lugar de buena fuente), perteneciente a la parcialidad Mbya Guaraní.

La institución, ubicada en el kilómetro cinco y medio del barrio La Blanca de Ciudad del Este, cuenta con dos aulas y también necesita una pista de formación, añade la docente. “Son las dos principales necesidades que tiene esta comunidad educativa. Soy profesora multigrados y por la mañana doy clases a alumnos del 2º, 3º, 4º, 5º y 6º, que suman en total 14 alumnos. Por la tarde tengo a mi cargo el primer grado regular con nueve alumnos”.

La docente comentó que llegó a la institución en marzo pasado, y antes estaba trabajando en otra escuela indígena en la zona de Yguazú. “Estoy muy contenta de trabajar aquí. Acá son muy organizados y los alumnos son muy inteligentes y dedicados, lo que ayuda bastante al trabajo docente”.

Agregó que en la comunidad todo se decide en asamblea, “realizamos un trabajo muy bien coordinado con el cacique Carlos Benítez, acá ellos le llaman líder político”.

Almuerzo escolar. La docente menciona que reciben los útiles escolares, la merienda escolar, pero por tratarse de una comunidad muy pobre necesitan el almuerzo escolar. “Es lo que queremos y nos estamos organizando para pedir adonde corresponda. Si logramos tener el almuerzo nos va a ayudar bastante”.

Recibir ayuda de instituciones oficiales les resulta muy complicado porque la comunidad no puede conformar el Equipo de Gestión Comunitaria Indígena (EGCI). Uno de los principales problemas es que el cacique no es reconocido por el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi).

“En la última asamblea que tuvieron, de la que participé, como docente y responsable de esta escuela, escuché que tienen problemas de reconocimiento. Ellos dicen que tienen varios pedidos realizados para que el Indi se constituya en la comunidad para así iniciar el proceso de reconocimiento”.

Según la docente, el gran desafío que tiene este pueblo nativo es la regularización de las tierras que ocupan, pero desde el momento que no son reconocidos, empezando por el mismo líder, cualquier trámite administrativo no tiene validez. “Ni siquiera inversión de instituciones públicas se puede recibir porque la tierra donde está asentada esta comunidad no está documentada y eso es lo primero que te piden para ser incluido en la microplanificación del MEC”.

Dijo que si la escuela tiene dos aulas fue gracias a una donación, que se realizó en el año 2011, por parte de la iglesia Kwang Yeom de Corea y la fundación Arriba Paraguay.

“Son muy trabajadores, pero necesitan regularizarse para poder mejorar la comunidad en todos los aspectos. Acá todos trabajan, hay gente que se dedica a cavar pozo, mujeres que trabajan como empleadas domésticas y una gran mayoría que se dedica al reciclaje. Ellos reciclan residuos domiciliarios, que luego venden”.

La comunidad está conformada por unas 23 familias que además generan recursos propios fruto del trabajo diario; pero también hay gente solidaria que les proveen víveres y prendas de vestir.


15 años
La ocupación de los Mbyá Guaraní está dentro de 9 terrenos de 12 x 30 metros, que corresponden a la Inmobiliaria Nasser. Esta comunidad fue creada hace 15 años. En principio, eran solamente 4 familias las que optaron por ingresar al inmueble, y con el tiempo se sumaron los demás. Se instalaron bajo precarias carpas. Una oenegé les construyó gran parte de las viviendas que hoy ocupan.
Esta comunidad se formó a partir del desprendimiento de un grupo de indígenas que por muchos años estuvieron instalados en una propiedad privada ubicada en las inmediaciones de la Terminal de Ómnibus. Ellos fueron luego desalojados, muchos volvieron a sus comunidades de origen en los departamentos de Caaguazú
y Caazapá.