“Es el caso más grave, después de los casi 500 desaparecidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner”, señaló el abogado.
Aseretto resaltó que fue un asesinato a sangre fría “por orden superior” y que los fiscales no muestran muchas ganas en la investigación.
Dijo que “la investigación es muy frágil y aparentemente no apunta a esclarecer, sino, al contrario, a dar impunidad a los verdaderos verdugos de Quintana.
Resaltó que, además del asesinato de Quintana, hubo muchos casos de disparos a los manifestantes, con lesiones en el ojo, la cara y la boca, y que esos procesos no tienen la necesaria celeridad para esclarecer los hechos y castigar a los culpables.
El informe menciona además la poca eficacia en las investigaciones de los casos de torturas y desapariciones de la dictadura de Stroessner.
Aseretto recordó que hay solo 11 condenas, y que la última se dio en 1998.
Dijo que la cifra es ínfima y que las investigaciones no avanzaron por falta de interés de los fiscales a cargo.
Recordó que él intervino en varios casos, a nivel local, y que incluso llevó uno de ellos a la CIDH de la OEA, donde le ganó al Estado Paraguayo en el caso de la desaparición de Carlos Mancuello, Amílcar Oviedo y los hermanos Benjamín y Rodolfo Ramírez Villalba.