Toni Erdmann, de Maren Ade, de la nueva generación de cineastas alemanes, ganó de antemano la palma de los corazones en la Croisette. Está por verse si el jurado de 9 miembros encabezado por el australiano George Miller (Mad Max), confirma el veredicto de los aplausos y las calificaciones de la crítica internacional.
La recta final del certamen aportó nuevos contendientes al pelotón de vanguardia y según una mayoría de festivaleros, tras la proyección ayer de Elle, del holandés Paul Verhoeven, el juego quedó muy abierto.
MÁS CANDITADOS. Del norteamericano Jim Jarmusch cautivó la poesía de Paterson, pero también el cine rumano despuntó con dos cintas elogiadas, Sieranevada, de Cristi Puiu, y Bacalaureat, del ya galardonado en 2007 de Cristian Mungiu.
El universo femenino de Julieta, de Pedro Almodóvar; una combativa Sonia Braga en Aquarius, del brasileño Kleber Mendonça Filho; el amor interracial de Loving, de Jeff Nichols, y el cine social de Ken Loach en Yo, Daniel Blake, cosecharon aplausos.
Brasil ya se llevó un premio de Cannes ayer, con la atribución del Ojo de Oro al mejor documental para Cinema Novo, de Eryk Rocha, sobre ese movimiento cinematográfico brasileño de los 60 que lideró su padre, Glauber Rocha.
En cambio, varios realizadores de primer plano decepcionaron con sus películas, encabezados por Sean Penn y su ridiculizada historia de amor de empleados humanitarios en África, The Last Face, la más abucheada.
La comedia familiar Es solo el fin del mundo, de Xavier Dolan, fue maltratada por la crítica internacional, pero gustó a la francesa. También dividieron a las salas el thriller erótico y caníbal The Neon Demon (Nicolas Winding), Personal Shopper(Olivier Assayas) y American Honey(Andrea Arnold). AFP