25 abr. 2024

En Limpio, tras escasez, llega agua salada y niños empiezan a enfermar

Pobladores de Limpio tampoco están ajenos a la falta de agua. En algunas zonas como en Rincón, el líquido potable solo aparece por un rato a la mañana y a la tardecita, mientras que en otros sitios, como en el barrio San Blas, Piquete Cué, aseguran que hace dos días no ven ni una sola gota, y cuando aparece, es salada.

Desde la Junta de Saneamiento de Piquete Cué expresan que existen cerca de 1.500 usuarios, en tanto que la capacidad de abastecimiento es apenas para 800 hogares, lo que hace resentir la provisión.

“Cuando aparece después de días el agua viene muy salada y no nos queda de otra que comprar agua mineralizada, porque a los chicos les da dolor de panza y diarrea cuando toman. A veces también sale sucia”, sostiene Martha González, del barrio San Blas.

Los afectados afirman que es un gran desafío vivir sin agua, sobre todo en estos días de alta temperatura. “Es todo un tema, tanto para los niños como para nosotros, los adultos, que tenemos que salir a trabajar y no hay agua ni para bañarse”, lamenta el vecino Juan Villalba.

“Aunque esté recomendado no acumular agua por varios días en recipientes por el tema del dengue y el zika, a nosotros no nos queda de otra porque si no juntamos agua no vamos a sobrevivir”, agrega doña Martha González.

CAPACIDAD REBASADA. Ubaldo Ovelar, administrador de la Junta de Saneamiento de la compañía Piquete Cué, Limpio, argumenta que el horario de servicio es cortado, porque el caudal no es suficiente (45.000 litros por hora) para abastecer a los 1.500 usuarios, mientras que la capacidad es para cerca de 800.

Existen tres pozos artesianos a 4 kilómetros de la Junta, según el funcionario.

Explica además que otro inconveniente es que si bien el reglamento establece que es solo para uso domiciliario, se utiliza de manera excesiva para piletas o para el lavado de vehículos de gran porte, como también existen conexiones clandestinas, sobre todo de industrias en los rubros de chancería, calera, entre otros.

“Estamos viendo la posibilidad de construir una miniplanta de tratamiento para extraer el agua del río Paraguay, ya que de los pozos no abastecemos, pero para eso tendríamos que hacer un préstamo, porque costaría cerca de G. 700 millones”, dice Ovelar.