La actitud del conjunto ñuense es digna de destacar, pues pese a estar en desventaja durante el desarrollo de casi todo el partido, al final llegó a la paridad.
La perseverancia que tuvo el elenco de Santísima Trinidad fue determinante para que pueda llegar al empate.
Sportivo Luqueño se puso en ventaja con el tanto de penal anotado por Matías Lequi, de excelente forma.
Sin embargo, el Auriazul tuvo a su favor las mejores chances del juego como para aumentar el marcador y liquidar el expediente, pero más de un par de futbolistas luqueños pecaron de egoístas.
Luqueño realizó un buen partido, pero su déficit sigue estando en la concreción de las situaciones que crea durante los encuentros.
Emotividad. La emoción se instaló en los últimos minutos del partido, porque Rubio Ñu fue a buscar la paridad y Luqueño aprovechó los espacios dejados por el rival.
Pablo Espinoza al poco tiempo de ingresar recuperó un balón y envió un potente derechazo. La pelota botó una vez y se metió en el arco del portero luqueño, Jorge Chena, que trato de adivinar y falló.
Ya no había tiempo para que el Auriazul pudiera buscar desnivelar el resultado. Luqueño dejó escapar la posibilidad de sumar los tres puntos. Mientras el empate para Rubio Ñu es un estímulo para las finales que tiene por delante.