Los pasillos están atestados de pacientes que requieren ser atendidas en urgencias y que esperan hasta 12 horas o más para recibir asistencia médica. El servicio está abarrotado, admitió el doctor Rogelio Sosa, jefe del Servicio de Obstetricia. “Se está remodelando, justamente estamos mejorando para que las pacientes tengan mayor confort, pero nosotros estamos atendiendo normalmente a pesar de eso. Igual estamos haciendo parto y no estamos rechazando ningún paciente. No se resiente la atención”, indicó.
La zona presenta hacinamiento porque la sala de espera es pequeña; solo puede albergar a 30 personas, pero llegan 100, subrayó. “Es difícil hacerles sentar a las 100 al mismo tiempo. El servicio de urgencias es mal utilizado por muchas, eso le resta espacio”. Teniendo en cuenta la saturación, el doctor Sosa recomienda usar las urgencias de las clínicas periféricas.
Las salas de internación están al límite. Apenas una tiene el alta, otra ocupa su lugar. La impaciencia y la incomodidad son factores que generan las quejas de las mujeres. Un promedio de 550 a 600 nacimientos se registran mensualmente en el IPS.
Con la remodelación, se logrará ampliar a 30 camas más que se sumarán a las 105 disponibles. Tras 46 años, se refacciona todo el edificio, lo cual genera quejas a causa de la incomodidad.