“Si esta es su despedida, es de diseño, elegante y exuberante”, dice el New York Daily News. Un Daniel Day-Lewis que, según otros críticos, traza el arco de su personaje “con un dominio majestuoso” y compone “una sinfonía de estados de ánimo: sardónico, melancólico, inspirado e impaciente”. Una interpretación “brillante”, de un “maestro” que se retira “con estilo” y que deja para la historia un trabajo “rico, indeleble y en ocasiones maravillosamente repugnante”.
Elogios para Day-Lewis y para el filme de Thomas Anderson, que se estrenó anteayer en EEUU, pero que opta solo a dos Globos de Oro. Unos premios que, en el caso de la interpretación masculina, suelen ser un adelanto exacto de lo que va a ocurrir en los Oscar, el domingo 4 de marzo de 2018.