11 may. 2025

El único lugar donde les roban a los políticos

Brigitte Colman – @lakolman

En medio de tanta malaria, aquella noticia que llegó desde la capital del Guairá nos inspiró e insufló ánimos para seguir adelante en este valle de lágrimas.

De acuerdo con los reportes del corresponsal de Última Hora, los hechos se sucedieron durante la celebración del cumpleaños número 43 de Rodolfo Friedmann, gobernador electo del Guairá. El festejo en cuestión terminó con un tole tole por culpa del asado a la estaca. Resulta que cuando llegó el momento de distribuir la comida muchas personas se agolparon alrededor del banquete.

El cumple del gobernador era un buen pretexto para hacer campaña como todo, en estos tiempos tan electorales, y de hecho que estuvieron presentes algunos de los capitostes del sector que respalda a Friedmann.

Y, como los discursos se alargaron un poco, hubo quien perdió la paciencia. Fue en ese preciso momento en que hicieron su aparición unos avivados que nada tenían que ver con la celebración y aprovecharon la situación para salir huyendo con sendas estacas de apetitoso asado.

A mí la historia me resultó absolutamente deliciosa. Los guaireños haciendo las cosas al revés son únicos. Y aunque sé que todo el mundo ya lo dijo en las redes sociales, yo también me quiero dar el gusto: Villarrica es el único lugar del Paraguay donde la gente le roba a los políticos...

Los guaireños hacen unas cosas muy interesantes, y ejemplos de su peculiaridad hay a montones. Hay una iglesia que tenía instalados ventiladores de techo en las paredes, aunque ya fueron reemplazados, es lindo recordar la anécdota.

Otro detalle que es imposible dejar de mencionar es que los leones ubicados en la plaza Libertad de la ciudad de Villarrica le dan la espalda a la calle.

Ahora, sobre el porqué son así los guaireños, hay diversas teorías. Una de ellas se vincula con la historia de la ciudad, la cual se tuvo que mudar muchas veces debido a los ataques de los bandeirantes. Resulta que ya en aquellos tiempos los gua’i lograron engañar a los malandros usando su ingenio y la señalética.

Al parecer los guaireños ponían sus carteles indicadores para llegar a la ciudad, al revés, para que los bandeirantes no llegaran hasta ellos.

Al final no llegaron los bandeirantes, pero sí los políticos con su parafernalia y sus disputas por el poder y privilegios. Sin embargo, es bueno, muy bueno saber que mientras en el Parlamento los senadores le salvan la cabeza empelucada al cómplice, digo, a un colega, hay un lugar en el Paraguay, donde el mundo funciona al revés, donde la gente a veces le roba un poco a los políticos; y la víctima deja de ser víctima, por un ratito...