Los hermanos son personas fundamentales en nuestras vidas. De hecho, yo tengo unos cuantos y por eso hablo con conocimiento de causa.
Pero al parecer no soy la única que cree esto, otro que también sabe bien del tema es el candidato colorado a la presidencia, Mario Abdo Benítez Jr. Él está en plena campaña electoral y tiene la suerte de tener un hermano que se preocupa mucho por él.
El hermano en cuestión es Benigno López, presidente del Instituto de Previsión Social (IPS), que recientemente anunció que está analizando renunciar al cargo, dizque para no perjudicar la campaña de su hermanito.
Dijo textualmente: “Estoy considerando cómo puedo afectar o no a la campaña de mi hermano (Mario Abdo). Cada vez que se quejan de IPS le golpean a él y eso a mí no me gusta. Estoy evaluando qué hacer. En el camino se puede dar un paso al costado”. El presidente del IPS señaló que está observando la coyuntura política para decidirse, sí señora, así como escuchó.
No sé qué piensan ustedes, pero tanta arrogancia a mí me da mucha bronca. Porque no es precisamente la coyuntura política lo que debería estar observando López, sino la realidad de la institución de la que está a cargo.
El del IPS es el peor seguro del universo. Sus descuentos son obligatorios y compulsivos, y recauda millones de guaraníes cada mes de los trabajadores paraguayos, que a la vez tienen que rezarle a la Virgencita de Caacupé para recibir atención y medicamentos cuando lo precisan.
No pasa un día sin que la prensa no se haga eco de algún reclamo, denuncia, queja o plagueo por la mala atención de los médicos o las enfermeras, porque no funciona ya otra vez el ascensor, porque no hay camas en terapia intensiva, porque no funciona el aire acondicionado, porque los enfermos no reciben sus medicamentos, porque los pasillos de Urgencias están abarrotados de camas y de pacientes impacientes.
¿Quién no conoce la sensación de impotencia de llegar enfermo al IPS y que los que atienden te miren con cara de asco? Quién no ha vivido la horrible experiencia de mendigar una cama para el pariente enfermo; y tener que soportar la falta de humanidad y empatía de los empleados.
Mientras se presta plata del instituto a empresas privadas, faltan medicamentos e insumos; y mientras falta todo para los asegurados al presidente de la institución solo le importa que las críticas puedan afectar a su hermanito.
A los asegurados del IPS, a los enfermos y demás víctimas del sistema del IPS no les importa la campaña del hermano de Benigno. Porque saben que su prioridad debería ser administrar bien la entidad y hacer bien el trabajo que le asignaron. Su prioridad deberían ser los miles de asegurados del IPS que esperan desesperados en los pasillos, mientras aguardan que les den una atención digna.
No sé cómo lo verán ustedes, pero creo que Benigno no es muy benigno, y menos todavía para los miles y miles de asegurados víctimas del IPS. No sé si Benigno debiera renunciar o no. Pero sí sé que debería mostrar un poco más de sensibilidad con sus patrones. Está bien que le quiera a su hermano, pero nosotros le pagamos el salario.