Hablar de Daniel Garnero es como trasladarnos en los buenos momentos del recordado brillante Independiente de Avellaneda, de la Argentina. Aquel equipo endiablado de 1994 y 1995, comandado en el medio por el hoy técnico de Guaraní, que el domingo consiguió el título del Clausura 2016.
Sí. Estamos hablando de un equipo conformado por Luis Islas; Óscar Craviotto, Pablo Rotchen, José Serrizuela y Guillermo Ríos; Diego Cagna, Hugo Pérez y Gustavo López; Daniel Garnero; Sebastián Rambert y Albeiro Usuriaga. Completaban el plantel Damián Maltagliatti, Jorge Gordillo, Eber Moas, Juan Carlos Ramírez, Alfredo Cascini, Hermes Desio, Ricardo Gareca, Daniel Vidal y Martín Vilallonga. Este grupo estuvo dirigido por Miguel Ángel Brindisi.
Garnero acudió como invitado en el programa de Fútbol a lo Grande, en los estudios de Radio Moumental AM y admitió que “rápidamente el equipo captó lo que estábamos buscando y se levantó de ese mal momento”.
Remarcó que “siempre tenemos que tener bien al plantel. Cuando estás afuera del equipo, en cualquier momento llega la oportunidad”.
Recordó que “después de ver a Guaraní contra Sol y cómo perdió le dije a mi cuerpo técnico: ‘Dónde nos metimos’”.
LAS PUJAS. “Hay una paridad muy grande en los torneos del fútbol paraguayo, porque todos los equipos juegan por algo”, analizó.
Garnero dejó en claro que “no quería ser técnico; por darle la mano a un amigo (a Jorge Burruchaga, ex técnico de Libertad) me metí en esta cuestión de adiestrador”.
Explicó que “soy creyente. En Argentina no se reza antes de los partidos; cuando llegué a Sol, sí. Se reza mucho acá".
En lo que respecta al futuro, Daniel manifestó que “los refuerzos llegarán, más dependiendo del deseo de la directiva y cuál es el objetivo para lo que viene o vienen”.