El jefe de las Operaciones para la Liberación de la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul, general Neshm Abdalá al Yaburi, informó a Efe de que las tropas y fuerzas antiterroristas lograron liberar las localidades de Zehileila y Ayaba.
Esas dos poblaciones están situadas en el límite administrativo de las zonas de Al Qayara y el distrito de Sherkat, unos 55 kilómetros al sur de Mosul.
Asimismo, Al Yaburi destacó que lograron matar a más de 33 miembros del EI, entre ellos tres suicidas con cinturones con explosivos, en los enfrentamientos que culminaron con la liberación de las dos aldeas.
El sábado pasado, Al Yaburi anunció la recuperación del control de las poblaciones de Al Imam Garbi, Al Marir, Al Taleá y Al Bezayela, unos 55 kilómetros al sur de Mosul, durante combates y ataques aéreos en los que murieron 57 yihadistas.
Por su parte, uno de los comandantes de la milicia Fuerza de Protección de la zona de Sinyar, unos 120 kilómetros al noroeste de Mosul, Loqman Keli al Janzuri, informó hoy a Efe de que el EI lanzó en la pasada madrugada un amplio ataque contra un cuartel de la milicia.
La Fuerza de Protección de Sinyar logró repeler la agresión que derivó en combates que duraron más de cuatro horas.
El ataque comenzó con la infiltración de dos de los suicidas en las líneas de defensa de la milicia, pero fueron abatidos antes de alcanzar sus posiciones.
Durante los enfrentamientos perdieron la vida 27 combatientes del EI y otras decenas resultaron heridos, además de diez milicianos que fueron ingresados en hospitales de la ciudad kurda de Dohuk.
Por último, Al Janzuri indicó que la aviación de la coalición internacional atacó a los yihadistas durante los combates.
Las fuerzas iraquíes, incluidos milicianos de clanes suníes y el Ejército kurdo o “peshmergas” luchan contra el EI en las zonas de los alrededores de Mosul y, durante las últimas semanas, han avanzado hacia la ciudad, principal bastión del grupo yihadista en Irak.
Mosul está en manos del EI desde junio de 2014, cuando la organización terrorista declaró un califato en los territorios iraquíes y sirios que conquistó.
Desde entonces, ha perdido terreno en ambos países, sobre todo en Irak a manos de las tropas gubernamentales, que cuentan con el apoyo aéreo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.