Dos presos identificados como Víctor Manuel Favala (20) y Juan Gabriel Vera Samaniego (23) murieron en la madrugada de ayer durante un motín dentro del penal Padre Juan Antonio de la Vega, en la ciudad de Emboscada.
El amotinamiento se generó luego de que la cárcel quedara sin luz en la noche del viernes, aproximadamente a las 22.30. Los internos del Pabellón Alto y Bajo exigieron salir al pasillo o al patio para mojarse con la lluvia y ante la negativa de los guardicárceles, los reos atropellaron los portones de seguridad.
Además de los dos presos fallecidos por disparos realizados presuntamente por armas de guardicárceles, los disturbios dejaron un saldo de heridos de cinco presos y otros cuatro agentes penitenciarios, ninguno de ellos con lesiones de gravedad.
Los internos heridos son Diego Armando López Benítez (24), Daniel Tande (26), Gustavo David Oviedo (23), Ángel Rubén Martínez (19) y Alberto Cristaldo Mieres (25). Este último no es pariente de Manuel Cristaldo Mieres, líder del EPP, según informó el Ministerio de Justicia. Por otro lado, los guardicárceles lastimados son Derlis Saúl González, Juan Carlos Ramírez, Santiago Álvarez y Lorenzo Vera.
Finalmente, mediante la intermediación de Roque Orrego y Carlos Portillo Esquivel, miembros del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, los reclusos accedieron a disolver el motín.
El fiscal Carlos Maldonado contó que se realizaron pruebas de nitritos y nitratos a los todos los guardicárceles que intervinieron. Favala recibió tres impactos de bala mientras que Vera Samaniego recibió cuatro, informó el médico forense Julio Riveros, quien inspeccionó los cuerpos.
En la tarde de ayer culminó la extracción de proyectiles de los cadáveres, que van a ser analizados por agentes de Criminalística de la Policía.
“SE QUERÍAN FUGAR”. “No es motín. Ellos directamente querían fugarse. Estaban preparados para eso. No había caso. Tenían la intención de fugarse por las fiestas”, aseguró el director del penal, Cristhian González, quien estuvo presente en los disturbios.
El funcionario contó que los guardiacárceles utilizaron escopetas con balines de goma y otras con balas de plomo como último recurso, cuando los presos ya estaban a punto de avasallar los portones. Aseguró que fue una cuestión de vida o muerte.
Según González, los internos amotinados eran aproximadamente 340, mientras que los guardiacárceles eran solo 16 y luego, con un equipo de refuerzo, llegaron a 25.
RECLAMOS. El médico Carlos Portillo Esquivel comentó cuáles fueron los reclamos de los presos. Reclamaron más salidas al aire libre, ya que pasan la mayor parte del día en sus celdas, en hacinamiento. También se quejaron de las revisiones a las visitas íntimas. “Incluso tenemos fotos en la sala de revisión íntima había una cámara, que ahora sacaron, pero la queja persiste”, mencionó Portillo.
Los internos reclamaron el costo elevado del uso de las salas privadas y por el maltrato de determinados guardias.
El penal Padre Juan Antonio de la Vega tiene capacidad para 540 internos sin embargo hasta ayer albergaba a 787 internos de los cuales 607 son procesados y solamente 180 son condenados.
Artemio Vera, director de Establecimientos Penitenciarios y Centros Educativos, dispuso ayer el traslado de 117 presos a los penales de Coronel Oviedo, Encarnación, Misiones y Emboscada Antigua. Hasta la tarde de ayer, 67 reclusos ya habían sido trasladados a otras penitenciarías.