Malas noticias. La pobreza en el Paraguay aumentó de 26,6% al 28,8%, lo que significa que 1.949.272 personas viven en situación de pobreza, del total de 6,7 millones de habitantes. A nivel rural crecieron la pobreza como también la pobreza extrema.
Que el 28,8% de la población viva en situación de precariedad y la mayoría de los pobres extremos estén en áreas rurales es una evidencia del fracaso de las políticas agrícolas implementadas por el Gobierno, es una opinión con la que coinciden la mayoría de los analistas económicos.
Sin embargo, pese a la contundencia de las cifras y a las explicaciones de los expertos, el primer comentario de un lector que se registró en la edición digital de ÚH decía: “Esto más que evidencia de que el paraguayo es haragán y quiere todo fácil, por eso siguen siendo pobres. 2 millones de haraganes no encontrás en todas partes”.
Dejando de lado las respuestas que recibió el lector, de parte de otros lectores, es de destacar la eficiencia de los perfiles falsos en las redes sociales. Están súper alertas ante cualquier situación que requiera su intervención.
Debajo del artículo titulado “Aumento de pobreza revela fracaso de política agrícola”, hubo quien rompió lanzas a favor del Gobierno. “No sé por qué toda la culpa debe ser del Gobierno, es como culpar a Dios de todas las desgracias del mundo, cada uno debe buscar el sustento diario a costa del duro trabajo y sacrificio, así funciona el mundo”.
Más allá de la bastante improbable posibilidad de debatir con perfiles inventados, hay que destacar lo bien organizaditos que están. Aunque es una verdadera pena que no sea tan fácil cambiar la realidad.
Porque una cosa es salir a opinar, defender al Gobierno y llamar de haraganes a las dos millones de personas que viven en situación de pobreza, y otra muy diferente es seguir viviendo en el mismo país en el que hay paraguayos que apenas disponen de una canasta básica de G. 214.690 mensuales.
Estas personas apenas sobreviven, pero existen en el mismo plano de realidad en el que un presidente de la República se compra un avión que cuesta 13 millones de dólares. Y seguirán estando ahí, durante todo el tiempo que duren las campañas políticas donde se van a gastar obscenas cantidades de dinero.
Los dos millones de pobres paraguayos nos interpelan a todos, pero especialmente a las autoridades de un país que produce alimentos, que tiene tierra y agua, y todo lo que se necesita para lograr que su población pueda vivir dignamente.