La prevalencia de la enfermedad en niños en edad preescolar es de 1%, en periodo escolar alcanza entre 2% y 3% y en los adolescentes la cifra trepa al 8%, según datos del Hospital de Clínicas.
Un promedio de 20 niños y adolescentes consultan diariamente en el Servicio de Siquiatría del Hospital de Clínicas a causa de depresión, ansiedad y trastorno de conducta.
La lista de espera para acceder al servicio es larga porque existen pocos siquiatras especializados para atender a pacientes pediátricos. La demanda también se dispara en el Servicio de Sicología, que absorbe a 50 pacientes por día. El niño no demuestra tristeza cuando siente depresión, al contrario de los adolescentes, que son más expresivos y es más fácil diagnosticar la enfermedad, señaló la doctora Riego.
“Los adolescentes sí hablan de tristeza o es más fácil darse cuenta”. Las autolesiones en el cuerpo de un adolescente deben llamar la atención. “Se realizan cortes no muchas veces con el fin de quitarse la vida, sino como una forma de manejar esa tristeza”, señaló.
ALARMA. Los niños no expresan la tristeza. El cambio de comportamiento en un niño no se da de un día a otro, sino más bien es progresivo. En ese sentido, la siquiatra señaló que es importante que los padres detecten a tiempo los síntomas para tratar la enfermedad.
La predisposición genética y factores ambientales son algunas de las causas de la enfermedad. “Es multifactorial el origen de la depresión. Está comprobado que los niños que sufrieron abusos desde pequeños tienen más predisposición a la depresión”, explicó la siquiatra.
El bullying, haber sido sometido a algún tipo de abuso, la falta de cuidado y de afecto, padres ausentes, peleas entre los padres, la situación económica en los niños de escasos recursos y la presión por el éxito en el caso de los chicos de familias pudientes son algunos de los disparadores para que un chico o adolescente sufra depresión.
“Un ambiente de estrés crónico afecta mucho al chico y puede deprimirse”, advirtió, al tiempo de resaltar que es necesario conversar y conocer a los niños para poder detectar la enfermedad. Una vez que se tiene sospecha, se acude al sicólogo para detectar la enfermedad. El tratamiento con un equipo multisectorial de la depresión puede durar entre seis y doce meses.