Con la lupa en la mano. La Sociedad Paraguaya de Anestesiología solicitó ayer al Cones y las autoridades pertinentes investigar los títulos de licenciatura en anestesiología que fueron expedidos por universidades privadas. Unas 100 personas habrían sido beneficiadas con un cuestionado nivel de formación.
El doctor Hugo Roig, integrante de la Sociedad Paraguaya de Anestesiología, revela que unas 100 personas estarían ejerciendo la profesión de anestesiólogos sin la preparación adecuada.
“La población debe saber y exigir que sea un médico el que debe aplicarle la anestesia. Este es un acto médico que requiere las decisiones médicas ante una complicación que puede aparecer en cualquier momento. Los pacientes deben preguntar si les anestesiará un técnico, una persona no médica o un profesional antes de recibir anestesias en los hospitales públicos”, expresó el referente de la agrupación de médicos.
Roig enfatizó que el pedido de los pacientes debe ser realizado principalmente en los hospitales públicos. Según comentó, en los centros asistenciales privados la anestesia es aplicada por un profesional médico, no así en el servicio público.
“En los hospitales públicos le atiende un personal que no está formado como médico. Eso me parece una discriminación”, refirió.
Según las documentaciones con las que cuenta la sociedad, profesionales habían seguido la licenciaturas en anestesiología en la Universidad del Norte y Universidad de San Lorenzo (Unisal). Posteriormente, varios de ellos y otras facultades fueron a la Universidad María Auxiliadora (UMAX). En este centro educativo convalidaron las materias de la anterior carrera para continuar sus estudios en medicina.
El rector de la carrera de Medicina de la Universidad del Norte, doctor Juan Carlos Chaparro, calificó de criminal lo hecho por la UMAX. Contó también que en el 2002 la carrera de Anestesiología en Uninorte fue clausurada, aún contando con todos los requisitos. “La cerramos por dos motivos: Porque yo no estaba de acuerdo y se sumaron datos útiles que surgieron tras debates con la Sociedad Paraguaya de Anestesiología”, refirió Chaparro.
Agregó que en el perfil del egresado de la única promoción de dicha carrera en Uninorte se deja explícitamente por sentado que solo podrá apoyar al médico anestesiólogo en su trabajo, no realizar el acto en sí. Por otra parte, informó que prácticamente el 100% de los que se recibieron trabajan en el sector público. Por su parte, referentes de Unisal informaron que dicha carrera ya no es impartida en el centro educativo.
Disponibles. Roig asevera que existen suficientes médicos anestesiólogos para cubrir las necesidades del sistema. Reveló que aproximadamente existen en el país unos 240 profesionales. Sin embargo, reveló que no están siendo contratados en los hospitales públicos desde hace unos tres años. “Eso me parece muy grave porque hay muchos técnicos y los llamados licenciados de estas carreras. Pero necesitamos que se contraten más médicos anestesiólogos”.
Contó que habían denunciado que en el Hospital de Lambaré no son médicos los que realizan guardias nocturnas. Añadió que los que cubrían el horario nocturno fueron pasados a la mañana por una decisión administrativa.
Con respecto a la formación que debe tener una persona, refirió que para ser médico anestesiólogo se estudia de nueve a 10 años. “En los casos que denunciamos, no sabemos si llegaron a convertirse en carreras, ya que fueron totalmente irregulares. Ellos brindaban unos dos años y medio de formación. Hay cursos que incluso daban clases una vez por semana, los sábados”.