La mejor puntuada sueña ya con ir a clases. Quiere ser ingeniera industrial. Pretende estudiar en la Universidad del Cono Sur de las Américas (UCSA). Su segunda opción es ingeniería civil en la UniNorte.
Tiene 18 años. Una vida marcada por el estudio, con más énfasis en la adolescencia. Cursó la Escolar Básica en la Escuela Estanislao Espínola de la compañía Guayaibity en Itauguá. Después hizo el bachillerato en Ciencias Sociales en el Colegio Pedro P. Peña. De ahí salió con la banda con los colores patrios en el pecho. Fue la mejor egresada. Pero no todo fue color de rosas.
Como a muchos postulantes de esta convocatoria de Itaipú, una vez también le faltó un punto en el ingreso a la Facultad de Ciencias Químicas en la Universidad Nacional de Asunción. Eso la dejó afuera, un poco “bajoneada. Con la experiencia que tuve, me pude levantar, me caí. Me di cuenta de que no podía conseguir nada llorando y empecé a buscar alternativas y a prepararme para esta beca, porque soy de escasos recursos”.
A cinco días de haber dado el examen perfecto, Lina acepta entrevistas, pero no fotos. No le gusta aparecer, por algo no tiene Facebook. Ayer tuvo ganas de hablar de su hazaña. Recordó que sus padres Antonio Piris y Nilda Escobar no se separaron de ella hasta el momento de la prueba.
Antonio y Nilda no tuvieron la misma suerte que su hija en materia de formación. Hicieron hasta el sexto grado, después se dedicaron a la agricultura, por cuenta propia. “Estaban más emocionados que yo, llegamos a la Facultad de Ingeniería para el examen. Estaban expectantes”.
Sobre el mal rendimiento de los postulantes no quiso hablar. Dijo que en realidad el examen “no fue nada tirado. Yo volvía a revisar una y otra vez”. No entregó “primerito. Hasta que me dijeron basta recién entregué”.
Un día después del examen, aquel sábado 16 cuando Lina revisó su puntaje no lo pudo creer. “Primero no creí, a pesar de la preparación que tuve, con el cursillo y las horas y horas de estudio. Lo hacía de lunes a lunes. Tomaba mucho café. Mis papás también lloraron de alegría”.
En su barrio tampoco lo pueden creer. “Es una revolución acá en la compañía Guayaibity”. Hasta ahí la visitarán trabajadores sociales de Itaipú para la tercera etapa del Programa de Selección de Becarios: la evaluación socioeconómica. “Ya les estoy esperando”, dijo la joven 20/20, que confesó que en los últimos tiempos no tuvo tiempo para pensar en noviecitos y sostiene que cuando empiece a estudiar en marzo eso será “imposible. Si antes no tenía tiempo, ahora menos”.