Atribuye, precisamente, la destrucción del mobiliario de la institución a los alumnos.
“Hemos encontrado una cantidad importante de sillas y elementos, como las puertas, que estaban rotas. Vamos a sacar un inventario de todos los daños patrimoniales que tuvimos todos estos días y vamos a contactar con el centro de estudiantes”, anunció Cabrera a este diario.
No cree que los funcionarios hayan tenido responsabilidad en los daños producidos. Incluso, desde hace tiempo –dijo– han encontrado bancos y sillas “desbulonados”.
Además, señaló que todo el mobiliario estuvo a la intemperie durante los días de lluvia. “Son de esas maderas prefabricadas que se hinchan con la humedad y se deforman”, refirió el decano de Fiuna sin animarse a cuantificar aún el posible perjuicio causado a los bienes de la facultad.
RECHAZO. Raúl Benítez, secretario general del Centro de Estudiantes de Ingeniería (CEI), desmintió que hayan perpetrado daños al patrimonio de Fiuna durante los más de 100 días de paro. Admitió, eso sí, que la mayor parte de los perjuicios se produjeron durante el incidente con los funcionarios, quienes procedieron a liberar por la fuerza –el pasado miércoles– los bloqueos en las puertas de accesos a oficinas y salones de clases.
“En el disturbio se generaron bastantes daños; pero después, que hayamos roto sillas y puertas, no”, afirmó.
En el forcejeo con el personal de la institución, los estudiantes se posaron sobre las enormes antenas (parabólicas) usadas para taponar aulas y dependencias administrativas. A su vez, los funcionarios con vehemencia retiraron los materiales para liberar los accesos. Según contó, hubo un grupo que colocó pegamento a las cerraduras, pero quitaron con acetona.
Benítez negó que hayan forzado o roto puertas y ventanas, tal como le acusan por lo menos quienes se oponen a la medida de fuerza. “Vamos a hacernos cargo, si es que rompimos algo”, dijo, al estimar que una o dos sillas se pudieron haber estropeado.