Montevideo es una ciudad cordial, y por eso siento no poder irme para allá en los próximos días. Siento más que no pueda ir Jerry Cooney, uno de los más decididos impulsores del proyecto. ¿Proyecto?
Más que proyecto, porque se trata de las jornadas bianuales de historia realizadas en la ciudad, desde el 2008.
Cooney, el recordado y lúcido historiador norteamericano del Paraguay, se fue dejándonos un congreso, que continúa gracias al empeño de su discípulo Thomas Whigham y de su amigo Juan Manuel del Casal, director de la maestría de historia de la Universidad de Montevideo.
La Universidad de Montevideo, con las de Georgia (USA), Rennes (Francia) y Koeln (Alemania), organiza el presente encuentro académico, en que han participado, desde el comienzo, entidades e historiadores paraguayos.
Este año, entre el 23 y el 25 de julio, los investigadores serán más de cuarenta, provenientes de los países del Mercosur, Chile, Estados Unidos, Alemania, Francia y España.
Habiendo estado presente, me atrevo a decir que el nivel de las ponencias mantendrá el elevado nivel de las presentaciones anteriores, de las que existe un testimonio reciente.
Me refiero al libro de Juan Manuel Casal y Thomas L. Whigham, Paraguay: Investigaciones de historia social y política (Asunción: Tiempo de Historia, 2013). El libro reúne las 28 ponencias presentadas al Congreso en el 2010, incluyendo las de nuestros compatriotas Hérib Caballero Campos, Mary Monte de López Moreira, Rubén Céspedes, Erasmo González..., mencionar solo algunas de ellas brevemente es una injusticia impuesta por una limitación de espacio.
Me llamó la atención que, ya para fines del siglo XIX, los científicos e intelectuales paraguayos hubieran tenido conciencia del potencial hidroeléctrico del Paraguay, como muestra el estudio de Bridget Chesterton.
También me sorprendió la activa correspondencia mantenida por el escritor uruguayo Luis Alberto de Herrera con su colega paraguayo Juan E. O’Leary, desde las primeras décadas del siglo XX, recalcada en el ensayo conjunto de María Laura Reali y Liliana Brezzo.
Las Misiones Jesuíticas han sido un tema permanente de la historiografía paraguaya tradicional, y que por tradicional necesita revisión, señaló la presentación de Ignacio Telesca.
Juan Manuel Casal ofreció un panorama de la visión uruguaya de la historia paraguaya de la década de los cuarenta. Francisco Doratioto se refirió a la percepción que tuvo la ascensión de Stroessner en la diplomacia brasileña.
Como puede suponerse, la perspectiva predominante fue la de la historia regional, superándose la consideración de las historias nacionales sudamericanas como vasos incomunicantes, como esencias autónomas. Es lo que corresponde para asumir la mundialización y ser conscientes de sus posibilidades, en vez de dejarnos arrastrar por ella; lo permiten el progreso de las comunicaciones, como el levantamiento de las incomunicaciones impuestas por los regímenes políticos represivos de la región.