29 mar. 2024

Con los auriculares bien puestos

Así lo vimos ---- Baby, el aprendiz del crimen

Foto: UH Edicion Impresa

Foto: UH Edicion Impresa

Sergio Caceres Mercado

sergio209@lycos.com

Aunque llega con un atraso de seis meses a nuestras salas, esta película se disfruta por su frescura, humor y banda sonora. Por encima de los clichés, que sí los tiene, las persecuciones automovilísticas intentan escenas y tomas novedosas, y, más que nada, muestran a un experto conductor sin ínfulas de perfecto y, al menos, haciendo gestos humanos y no como el falso autosuficiente Toretto, de Rápido y Furioso.

Edgar Wright, director y guionista, nos enseña cómo presentar viejos ingredientes en una mezcla que no aburra ni sea más de lo mismo. Sí, están los verdaderos criminales de sangre fría, el cerebro que todo lo planea y, por supuesto, la chica inocente de la cual Baby cae prendido. Pero todo esto enlazado en una atmósfera musical que lo vuelve todo más aéreo, como si mirásemos la película flotando.

El joven Baby es un raro, pues no puede andar sin escuchar música con auriculares, todo eso por un pasado que es revelado casi al empezar la cinta. A esto hay que sumar su comportamiento excéntrico con los demás, su relación filial con un anciano afroamericano inválido y su increíble talento frente al volante, además de sus luchas morales internas. Con un personaje así, si es bien dirigido, se logra una narración donde el protagonista es seguido empáticamente. Por supuesto, el talento de Ansel Elgort encarnando a Baby es un atractivo fundamental.

Claro que los auriculares no están demás. Son la excusa perfecta para que una excelente banda sonora nos pase música rock, pop, y en otros estilos, prácticamente sin pausa. Es así que la película parece un largo popurrí de temas que suenan sincronizadamente con el largo video clip en que consiste la aventura de Baby y su encuentro con el crimen.

Una buena producción, divertida, con acción y romance.

Calificación: ***1/2 (buena a muy buena)