El sumario administrativo que en 1995 encontró responsable a Luis Carlos Rojas, actual comandante de la Policía, de cobrar una coima también señala que existen evidencias del relacionamiento que tuvo Rojas con dos robacoches. Incluso advierte que el entonces oficial 1º solicitó a un colega suyo en Caaguazú la liberación de los dos delincuentes.
A partir del dictamen del juez sumariante, Luis Servín Núñez, la Dirección de Justicia Policial encontró responsable a Luis Rojas y dos subordinados suyos, los suboficiales Basilio Duarte y Juan Carlos Ferreira, de cobrar una coima de G. 5 millones.
La misma resolución, que lleva la firma del entonces comandante policial Mario Agustín Sapriza, menciona que el dictamen del juez sumariante también advierte que Rojas y el suboficial Ferreira mantuvieron un “relacionamiento” con los robacoches Antonio Cáceres y Pedro Hermenegildo Galeano, también conocido como Rubio Galeano, según el documento.
“En ocasión de desempeñarse como jefe de la comisaría de Tacuara (San Pedro), frecuentaban dicha dependencia Antonio Cáceres y Rubio Galeano”, señala el dictamen del juez sumariante.
En ese sentido, el documento destaca que esta relación no era reciente, “ya que en el mes de mayo (de 1995), cuando Antonio Cáceres, Rubio Galeano y Éver Gustavo Bazán fueron detenidos en la Comisaría de Caaguazú, en averiguación sobre tenencia de un automóvil Fiat, el citado oficial Rojas había abonado a favor de los mismos, solicitando su libertad al oficial Pedro Osmar Arce, refiriendo que Cáceres y Galeano son colaboradores de la comisaría y Éver Gustavo Bazán personal a su cargo”.
CAMIONETA. Asimismo, indica que el suboficial ayudante Juan Carlos Ferreira también tuvo un sospechoso relacionamiento con ambos robacoches. El mismo Ferreira relató en el sumario que Rubio Galeano le había ofrecido en venta una camioneta Ford F-1000 que había sido robada de “los hermanos Sakai” en Coronel Oviedo en un asalto a mano armada.
Esta camioneta posteriormente fue recuperada por Rojas, Ferreira y Duarte, y entregada a los hermanos Sakai en su estancia en Nueva Germania. Por recuperar este vehículo, los policías recibieron de coima G. 5 millones que fueron repartidos entre ellos y con un hombre llamado Marcio Alves Rodríguez, según el documento de la Dirección de Justicia Policial.
Con respecto a la camioneta Ford F-1000, el juez sumariante señaló que fue presuntamente robada por Antonio Cáceres, Rubio Galeano y el suboficial Éver Gustavo Bazán, un agente a cargo de Rojas en aquel entonces.
Sobre el punto, en la misma resolución por la cual sanciona a Rojas y los suboficiales Ferreira y Duarte, Justicia Policial dictamina dar la baja al suboficial Éver Bazán por ser cómplice de robacoches.
SILENCIO. Un equipo periodístico de ÚH y Latele intentó entrevistar al comandante de la Policía sobre este caso, pero él se negó a brindar declaraciones. Simplemente anunció que dará explicaciones en su momento.
Por su parte, la jefa del Departamento de Relaciones Públicas, Elisa Ledesma, indicó que en el 2002 el tribunal de Calificaciones otorgó el ascenso correspondiente a Luis Rojas, debido a que este presentó pruebas sobre su inocencia en el caso de coima. Sin embargo, Ledesma no dio detalles sobre estas pruebas.