Anoche, el Ciclón volvió a demostrar hambre de campeonato. General Díaz fue una nueva víctima de un equipo que optimizó como en cada fecha su poderío ofensivo y resolvió rápidamente el expediente.
Exquisitos. La sociedad Fabbro, Ortigoza y el Chico Díaz es realmente fulminante. El encuentro de estos futbolistas pueden causar zozobra a cualquier defensa y en cualquier momento. Anoche, los tres ofrecieron ráfagas de fútbol y sentenciaron el compromiso. A eso tenemos que agregar la sobriedad y el equilibrio que le otorgan los nombres propios e inalterables que ubica Tiburón Torres en la zona defensiva y el mediosector.
Los goleadores de anoche volvieron a ser repetidos para Cerro, Sergio Díaz en dos oportunidades y José Ortigoza en una ocasión, pusieron su firma y colaboraron para brindar una nueva alegría a las más de nueve mil personas que asistieron anoche en la mojada jornada en Sajonia.
La propuesta de Torres y la respuesta de sus futbolistas en el campo de juego es notoria. El equipo no se confunde en su propuesta y la entrega de sus jugadores es admirable. A la falta de fútbol se le suple con sacrificio y las chispas de juego las traducen en goles. Las victorias se reflejan en la tabla y las estadísticas advierten que el campeonato está a la vuelta de la esquina.
Faltan dos fechas y Cerro Porteño sigue arriba; con este ritmo barrio Obrero ya prepara la fiesta.
Aplausos cerrados para un entrenador que fue demostrando en cada partido y en cada planteamiento el amor a la profesión. Un técnico, un soldado de la causa azulgrana, que a fuerza de resultados está dejando sus huellas y está cerca de conseguir una estrella más para la entidad azulgrana.