Por Juan José Brull
PILAR - ÑEEMBUCÚ
El terraplén principal que contenía las aguas del Paraná en Cerrito, Ñeembucú, cedió ayer al mediodía, partiendo la comunidad en dos. La represa Yacyretá continúa vertiendo gran cantidad de líquido a través de las esclusas, superando los 30 metros cúbicos por segundo. “El agua nos está avanzado, no estamos bien en este momento en Cerrito, los terraplenes están cortados, estamos aislados y, según versiones de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), irá creciendo más el Paraná", manifestó el intendente electo Patricio Ayala.
Indicó que con el correr de las horas puede aumentar la cantidad de afectados, que, por el momento, son 32 familias en Cerrito; a esto se debe agregar que las compañías Curuzú Aba, Cerro Ñu y Tacuruty también están siendo castigadas por el aumento de las aguas del Paraná.
La ruta principal que conecta a la comunidad cuenta con varios cortes y la población necesariamente debe utilizar canoas para el traslado de un lugar a otro.
La inquietud de toda la población del lugar es que las condiciones del clima no mejoren, y los pronósticos señalan que se podrían registrar más lluvias que complicarían aún más la situación.
El gobernador de Ñeembucú, Carlos Silva, encabezó una comitiva de la intuición para apoyar a los damnificados con asistencia médica y entrega de medicamentos. Los profesionales del área de salud trabajaron en la atención en Cerrito y los que concurrieron igualmente fueron asistidos con medicamentos.
En Itá Corá, sitio muy visitado por los pescadores, el rápido aumento del agua obliga a reubicar a las familias y están sin ruta de acceso y salida.
Gran parte de la actividad productiva se encuentra paralizada con pérdidas en cultivos, olerías, ganadería, pesca, apicultura y el movimiento comercial es nulo.
Esta creciente puede ocasionar graves problemas de salud, advierten los especialistas. El gran desplazamiento del Paraná, inundando poblados y miles de hectáreas, dejará pueblos enteros bajo agua y muchas familias damnificadas.