19 jun. 2025

Cartes y los estudiantes, el poder real hoy

La eclosión de los movimientos estudiantiles (secundarios, primero; universitarios, después) sigue generando cambios significativos en materia educativa, sobre todo en la universidad pública, la más prestigiosa del país.

Estela Ruiz Diaz

Hoy se habla del poder estudiantil no solo por su rebelión, sino por los cambios inéditos y revolucionarios en la UNA.

Si bien en posicionamiento mediático, los estudiantes llevan las de ganar, en materia política, Horacio Cartes, luego de su victoria en las internas coloradas donde impuso a un candidato desconocido, retomó el control cuasi absoluto del poder y hoy casi no tiene oposición.

Hoy, los estudiantes se convirtieron en un poder que reta al poder, dejando muy en segundo plano a los partidos políticos que enfrascados en una gris campaña electoral por las intendencias, no tienen posicionamientos ni discurso en este escenario novedoso, lo cual desnuda su desconexión de los retos ciudadanos y, especialmente, en materia de educación.

la imaginación al poder. Hace más de 20 días, las autoridades académicas fueron bajadas de su pedestal por los estudiantes, tras la revelación periodística del manejo corrupto del presupuesto de la UNA, quienes han generado cambios profundos. Empezando por cortar la cabeza de la máxima autoridad: Froilán Peralta, ex rector recluido en Tacumbú, e ideólogo de un esquema de malversación de fondos, replicado en casi todas las facultades por los decanos.

Desde entonces, la UNA es de los estudiantes, y en ese tiempo han logrado destituir al rector, vicerrector, una decena de decanos, administradores, altos funcionarios, etc. De la otra media docena de decanos que permanecen tozudamente, unos pocos se salvarán de esta especie de limpieza iniciada y cuyo fin es aún incierto.

La lista continúa con el freno a la intervención del Consejo de Educación Superior (Cones), que quedó en stand by, tras la renuncia de dos interventores: Michel Gibaud y Aníbal Filártiga.

Los estudiantes fueron activos partícipes en la elección del nuevo rector, Abel Bernal. El decano que gobernó 19 años en la Politécnica, completará el periodo de Peralta con la promesa de poner la casa en orden y reformar los estatutos, la madre de las batallas de la lucha estudiantil.

En tanto, la Fiscalía y la Contraloría miran las cuentas, revisan el festival de rubros, mientras imputan a funcionarios administrativos.

Sin desmerecer movilizaciones anteriores y quizá en coyunturas más difíciles, la protesta nunca tuvo resultados concretos como los que lograron hoy los estudiantes unidos bajo el lema UNA no te calles.

Hoy, la Universidad Nacional tiene nuevo conductor que si bien pertenece a la vieja dirigencia académica, su elección tiene la venia estudiantil. Tiene el desafío mayúsculo de la transición hacia una universidad mejor.

Arreglar el descalabro administrativo y académico, y desmontar la grosera politización es un proceso largo y complejo que solo puede ser llevado por personas con profunda convicción democrática. Bernal tiene esa misión y el tiempo dirá de qué lado decidió estar.

mientras tanto... Si bien su victoria ha sido resonante en la interna colorada, el reposicionamiento de Horacio Cartes no tuvo tanto ruido. Su candidato ganador, Pedro Alliana, volvió al anonimato tras ganar a Marito Abdo y el presidente dominó como al principio de su gestión el escenario político.

Tras la interna, desactivó la dura disidencia en el Senado, el G 15, que se redujo a G 10, de los cuales la mitad son opositores tibios.

Mario Abdo, como presidente del Senado, suavizó su postura en una especie de repliegue táctico tras su derrota electoral, dejando casi solos a duros como Bacchetta, Velázquez o Galaverna. Este último, además, bastante golpeado con la estrepitosa caída de Froilán de la UNA, a quien no pudo salvar de la cárcel, a pesar de sus buenos contactos en la Justicia, lo cual revela que ha perdido poder en esa instancia. Fruto de esta caída fue también la elección de Miryam Peña como ministra de la Corte en segundo round. Ella había perdido la pulseada con Linneo Ynsfrán, otro Ferrari impuesto por Galaverna en el mejor momento del G 15 apoyado por el luguismo, pero vetado por Cartes.

El Senado que se constituyó un breve tiempo en el muro anticartista, hoy está totalmente desarticulado. Con la disidencia colorada debilitada, un PLRA desatinado, un Frente Guasu que sin sus aliados colorados es apenas una oposición simbólica. Partidos menores como PDP y AP hacen ruido, pero sin fuerza para cambiar los rumbos.

Cartes no frenará su marcha hasta romper la columna vertebral de la disidencia. El otro paso son las municipales y si la ANR triunfa en la mayoría de los municipios, el presidente habrá acumulado más poder del que tiene hoy.