Bellucci ejerció de maestra de ceremonia y presentó al presidente del jurado, el español Pedro Almodóvar. “Prometo dar lo mejor y lo peor de mí mismo”, dijo el cineasta. “Seré subjetivo, apasionado y flexible”, agregó.
Como es habitual en Cannes, el glamur se mezcló con la controversia. Almodóvar echó leña al fuego de la polémica de Netflix al asegurar que sería una “enorme paradoja” que una Palma de Oro no pudiera verse en salas.
Sucede que las dos cintas de Netflix, Okja, del realizador surcoreano Bong Joon-Ho, y The Meyerowitz Stories, del estadounidense Noah Baumbach, no podrán ser vistas en los cines de Francia debido a una reglamentación nacional.
Este hecho suscitó tal indignación de las salas francesas que los organizadores del festival se vieron obligados a imponer que a partir del 2018 solo se seleccionarán filmes que se comprometan a estrenarse en cines de Francia. El cineasta hizo estas declaraciones junto a otros miembros del jurado, como Jessica Chastain y Will Smith, Agnès Jaoui, Maren Ade y Paolo Sorrentino.
El gigante del streaming, que ya está enzarzado con las cadenas de cines en EEUU, ha chocado en Francia con una normativa que lo obliga a esperar tres años entre el estreno de una película en las salas y su difusión entre sus abonados.
En total, 19 películas aspiran al máximo galardón de Cannes, y por primera vez en 15 años ninguna cinta iberoamericana pugna por este premio, si bien en secciones paralelas están cintas como La cordillera (Argentina), de Santiago Mitre, y Las hijas de Abril, del mexicano Michel Franco. AFP
