Verificando las propuestas económicas de tres de los candidatos con posibilidades reales de ser el próximo presidente de la República en el 2018, como ser: Santiago Peña, Mario A. Benítez y Efraín Alegre, no se observan grandes diferencias.
Peña hace una proyección en el PIB afirmando que cerraría su periodo de gobierno con un crecimiento de 8% anual; algo difícil de cumplir, pues nuestra economía se sostiene en tres grandes rubros agrícolas de los que no se esperan mejores precios para los próximos años. Promete una reforma estructural económica, pero tampoco detalla de qué manera lo haría.
Dice que unos USD 700 millones anuales será el ritmo de inversión en obras públicas, sin especificar sobre qué fuente de financiamiento. No obstante, se puede suponer que lo haría siguiendo la política de endeudamiento vía créditos y emisiones de bonos que tanto defendió cuando era ministro de Hacienda.
Marito promete mantener una inflación controlada, propuesta poco entendible si tenemos en cuenta que justamente por una inflación predecible es que el Banco Central decidió bajar la meta anual a un 4%, siendo una de las más bajas de la región.
En otro momento, Benítez señala: “Necesitamos un Banco Central verdaderamente independiente que vele por una estabilidad monetaria y financiera, que cumpla con las metas de inflación”.
Esto llama la atención, pues esta es una de las pocas instituciones públicas que han mostrado cierta independencia al punto que la Fundación Getulio Vargas del Brasil, en su último informe sobre clima de negocios, le asignó este año la mejor puntuación en nivel de confianza en gestión sobre su política monetaria y buen control de inflación.
Respecto a Alegre, este cree que si se produce la alternancia el Paraguay logrará alcanzar el “grado de inversión” ante las calificadoras de riesgo; pues dice que el modelo de Gobierno actual no es garantía. Sin embargo, para Fitch, Standard & Poor’s y Moody’s, más allá del signo político, preocupa la falta de respeto a la institucional y esto incluye a todos los sectores.
El candidato aliancista señala que informará a la Argentina que utilizará el 100% de la energía de Yacyretá, algo que también parece difícil de cumplir, pues se precisa contar con suficiente infraestructura que demande tal cantidad de energía disponible.
Y lograrlo llevaría años de inversión más allá del próximo periodo de gobierno creando industrias electrointensivas.
Da la impresión de que para las internas del domingo los proyectos aún no pasan de un mero borrador, y habrá que ver si se afina mejor el lápiz para las generales de abril.