La conjetura policial fue comprobada cuando investigaron el celular del fallecido. Antes de la noche del crimen, Díaz recibió y realizó llamadas a un número telefónico que corresponde a Neria Amarilla de López (47), con quien presumiblemente mantenía una relación sentimental.
La mujer vive a unos 50 metros de la escena del crimen junto con su marido Nery Ramón López Ríos (52) y su hijo Nery Valentín López Amarilla (23). Según la Policía, el joven fue el que descubrió a su madre con la víctima. Esta situación le comentó al padre y juntos armaron una estrategia para “sacar del camino” a la hoy víctima. Supuestamente obligaron a Neria a entregar su teléfono celular y desde este aparato citaron a Díaz, haciéndose pasar por la mujer.
La víctima acudió en dirección a la casa de los supuestos autores, que se dedican a la provisión de verduras a la Policía Nacional y por el camino prácticamente fue emboscado por padre e hijo. Ambos utilizaron armas calibre 22 y 9 mm, comentó el comisario Rubén Paredes, jefe de la Brigada Central de San Lorenzo.
Una cámara de circuito cerrado captó el momento en que los presuntos autores se dirigían para concretar el plan que orquestaron, informó el agente policial, quien encabezó el procedimiento.
Según los antecedentes, en un principio se creyó que el crimen era con fines de robo, pero al hallar características particulares en el cuerpo de la víctima comenzaron a dudar y a buscar a la dueña del número de teléfono.
Doña Neria dijo que no sabía el plan de su hijo y esposo y que por temor a ser golpeada entregó su celular, explicó el agente. Los supuestos autores asumieron su responsabilidad en el hecho, señala el comisario.