Por Robert Figueredo
CAAGUAZÚ
Un brasileño de 73 años de edad y su nieto de 12 años fueron secuestrados ayer, en horas de la mañana, en la localidad de Nueva Toledo, Caaguazú. Los parientes recibieron una comunicación de parte de los sindicados como captores, quienes solicitaron una suma de USD 300.000 por el rescate, según los datos.
Las víctimas son Alecio Dresch, llevado junto con su nieto, menor de edad. Ambos residen en un inmueble de la colonia Margarita, en el distrito de Nueva Toledo.
De acuerdo a la denuncia que fue realizada por la hija del brasileño, Doirce Dresch, su padre salió de la vivienda principal cerca de las 9.00 en compañía de su nieto. Estos abordaron un tractor, Massey Ferguson, para realizar un recorrido por la propiedad.
Habitualmente abuelo y nieto suelen realizar este recorrido, retornando al mediodía para el almuerzo. Sin embargo, ayer llamó la atención de los familiares el retraso de Alecio y su nieto, por lo que trataron de comunicarse con ellos, vía celular, sin éxito.
Ante esta situación, los parientes fueron a buscar al hombre y al menor, recorriendo todo el inmueble. Tras varios minutos de búsqueda, lograron encontrar el tractor en el fondo de la propiedad, pero no encontraron a sus ocupantes, por lo que se comunicó de la desaparición a la Policía Nacional.
Horas después, agentes policiales se constituyeron en la finca y verificaron la zona.
Los familiares mencionaron a los investigadores que en horas de la siesta recibieron un mensaje de texto del número de Dresch, donde decía que se encontraban bien.
Posteriormente recibieron otro mensaje: “Que la Policía se mantenga fuera del caso”.
Luego se requirió la suma de USD 300.000 en 24 horas, para liberarlos en Santa Rosa del Aguaray. La familia asegura no tener dinero para pagar por el rescate.
Al cierre de esta edición, ambos seguían con paradero desconocido.
Con el secuestro del brasileño Dresch y su nieto, en la era de Horacio Cartes hubo un total de 23 víctimas de secuestro, de las cuales 12 de ellas fueron víctimas de las bandas armadas que operan en el Norte del país –donde actualmente hay cinco personas que se encuentran también en cautiverio– y 11 por criminales comunes.