En el marco de este despliegue se contemplan actividades de artes visuales, artes escénicas y espectáculos, turismo, artesanías, antigüedades, laudería (fabricación y venta de instrumentos musicales) y productos típicos. Se propulsarán además museos, galerías, archivos y bibliotecas, arquitectura y restauración, monumentos, sitios arqueológicos y centros históricos, indicó la secretaría de Estado. De acuerdo con Cynthia Yanes, coordinadora del proyecto Reconversión Urbana del MOPC, las obras del puerto conformarán un polo de economía naranja.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indicó que la contribución de la economía naranja en Paraguay es del 3,9%, lo que genera un porcentaje de empleo de alrededor del 3,3%. Como las actividades relacionadas a esta corriente son emergentes, existe gran expectativa acerca del potencial que podrían alcanzar combinándolas con tecnología e infraestructura, enfatizó el ministerio.
POLÍTICAS PÚBLICAS. Para percibir el impacto en la mejora de la calidad de vida de los habitantes, la economía naranja necesita estar vinculada con la intervención pública. Esto se advierte al mejorar espacios públicos, proveer de mayores facilidades a toda la sociedad, revalorizando sitios históricos, edificios, monumentos y, sobre todo, barrios emblemáticos, ya que estos son considerados bienes de experiencia, aseguró Selva Olmedo, docente investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNA.
También se crean fuentes de trabajo y el propio Gobierno local impulsa la mejora de calles y lumínica para la seguridad de la población, además del gran estímulo para dos rubros económicos que son los más beneficiados: el turismo y la gastronomía, añadió. En total, el plan de reconversión del puerto demandará USD 400 millones.
