Los actos arrancaron con la inauguración de una placa en memoria del escritor en la fachada de la Fundación que lleva su nombre y en la que se ubican su biblioteca, las primeras ediciones de sus libros, manuscritos, su colección de bastones, objetos y premios.
Borges “es el emblema de Buenos Aires en el mundo”, señaló el ministro de Cultura de la capital argentina, Darío Lopérfido. Destacó que el escritor inventó una “mitología perfecta” de la ciudad, con la que tenía una “muy estrecha” relación, lo que refleja el “amor” que sentía por ella incluso sin ser “un criollo de toda la vida”, ya que tenía ascendencia inglesa.
Por ello, la ciudad honró a Borges con todo tipo de actividades en la calle, visitas guiadas, conferencias, seminarios o ciclos de cine entre los que destaca una proyección en la sede de la Fundación de proyecciones japonesas, cultura con la que el escritor formó un estrecho vínculo.
Además, se realizaron muestras fotográficas relacionadas con el universo borgeano en espacios culturales, como la Usina del Arte y el Teatro Colón, y una instalación de luces, sonidos e imágenes en el microcentro porteño. Los actos seguirán hasta fin de mes.
La vicepresidenta de la Fundación, Gabriela Cittadini, destacó la importancia de que la obra de Borges “se lea” porque renovó la lengua castellana y la literatura, y se convirtió en un “generador de pensamiento” que eliminó “los límites de los géneros”.
Por su parte, Horacio Marcó, amigo de la viuda del escritor y titular de la Fundación, María Kodama, afirmó que Borges sentó “la base de la literatura argentina”. EFE