El hallazgo se produjo en el pueblo de El Soto, a unos 15 kilómetros de Roboré, en el municipio del mismo nombre, en la provincia Chiquitos.
La comisión encabezada por el arqueólogo Danilo Drakic continúa extrayendo valiosas piezas enterradas que, según se estima, datan de unos 1.100 años, informó el portal del Deber de Bolivia.
Se trata de los restos de una mujer, presumiblemente joven, que fue enterrada en posición fetal, es decir, con las piernas dobladas hacia adelante con las rodillas casi en el pecho.
Al contrario de otros descubrimientos, el cuerpo no fue colocado en una urna, cántaro grande u otro objeto de cerámica. Estaba a más o menos a un metro y 20 centímetros de la superficie, cubierta arriba por una especie de mosaico, aparentemente para que el peso de la tierra con que fue cubierta no afecte el cuerpo.
Para Drakic, El Soto guarda un invalorable yacimiento arqueológico que da cuenta de que allí estuvo asentada una población numerosa que casi seguramente era de la cultura tupí-guaraní.
Explicó que su teoría es que allí convergieron corrientes migratorias de pueblos asentados en lo que son territorios de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil. “Allí fue la gran fusión de pueblos que después se conectaron con otros en distintos puntos de lo que hoy es Santa Cruz”, dijo el experto.
“El Soto es un invalorable yacimiento arqueológico que es necesario proteger, en primera instancia, para después continuar las excavaciones en busca de más reliquias y, posiblemente, muchos otros restos humanos enterrados hace más de 1.000 años”, explicó.