Marciano Candia
AMAMBAY
A raíz de las lluvias de los últimos días, el caudal del río Apa tuvo un importante crecimiento, que ha afectado –hasta el cierre de esta edición– a unas 85 familias del municipio Bella Vista, Departamento de Amambay; que se suma así a la lista de localidades afectadas.
Los principales barrios afectados son María Auxiliadora, Apa, San Antonio, Inmaculada y Zona Industrial; y la situación se complica porque los afluentes del río que divide al Paraguay y al Brasil también crecieron considerablemente a consecuencia de las últimas lluvias en Matto Grosso.
La ciudad fue declarada en estado de emergencia, pues las aguas invadieron las viviendas de la zona baja, que debieron ser evacuadas para evitar males mayores. “Desde el miércoles se declaró en emergencia municipal, ya que el desborde del río Apa continuaba con mayor fuerza y cada vez más casas estaban quedando bajo agua, mencionó la intendenta, Mirka Argüello, quien confirmó que esta situación ya fue comunicada a la Gobernación de Amambay y a la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN).
“Se aguarda la asistencia estatal, desde la Municipalidad seguimos encarando labores para evacuar a las familias afectadas con asistencia y alimentos de acuerdo a nuestras posibilidades presupuestarias”, enfatizó la jefa comunal.
Afectados. Unas 85 familias fueron trasladadas a lugares más seguros, algunas fueron ubicadas en el predio de la terminal de ómnibus, y otras en el predio de la Junta Municipal, según refirió la jefa comunal.
Argüello destacó la solidaridad de los lugareños, pues comentó que muchos pobladores que residen en zonas altas han ofrecido sus casas para que las personas puedan instalarse de forma temporal. “Hasta el momento, no pudimos realizar un levantamiento de las necesidades más urgentes, ya que no sabemos cómo están las casas bajo agua”, mencionó.
En el 2015 ya había ocurrido una crecida similar en el Departamento de Amambay.
Brasil. La localidad brasileña Bela Vista padece la misma situación, pues la crecida del río Apa también afectó a las viviendas y comercios ribereños. Los pobladores esperan que las lluvias pasen y disminuya el nivel del agua para regresar a sus casas y retomar sus actividades normales.