Darío Bareiro
CAACUPÉ
La Virgen de los Milagros volvió a recibir una multitudinaria visita en la Basílica de Caacupé. Miles de feligreses aprovecharon el fin de semana agradable para ir hasta la capital espiritual. Monseñor Claudio Giménez destacó con emoción la fe que tiene el pueblo en la Santa Madre, al resaltar que el día de ayer se tuvo una concurrencia estimativa de 30.000 personas.
Desde el departamento de prensa de la Basílica destacan que la importante cantidad de devotos se tuvo no solamente en un solo día, sino durante varias fechas, tales como el día 3, cuando se realizó la peregrinación de los jóvenes, como también el 6, 7 y 8 de diciembre, cuando, a pesar de la lluvia, miles de personas no dejaron de asistir a la fiesta mariana. Señalan que antes solo el 8 se veía gran cantidad de fieles.
RENOVACIÓN DE VIDA. Durante la misa dominical, el celebrante de la eucaristía, monseñor Giménez, refirió sobre la necesidad de renovarse indudablemente, por lo que resaltó que cada Navidad es una oportunidad excelente para eso. “Es una forma de expresar el anhelo de cambios profundos en nuestra Iglesia, que reconocemos que necesita de verdad, así como anhelos de cambios profundos en nuestro país, que tiene que ir mejorando y convirtiéndose en uno de los mejores países, por lo menos de Sudamérica” enfatizó el predicador.
Juventud. Sobre la población juvenil, Giménez señaló que este sector está de moda, ya que se ha lanzado este Trienio de la Juventud que invita precisamente a abrazar al Señor Jesús.
“El resultado de este abrazo, en la vida práctica en torno a Jesús, puede ir por el lado a lo mejor de un gesto de reconciliación que hace falta en la casa. Una reconciliación profunda con los padres, hermanos o vecinos”.
También se refirió a la importancia de la solidaridad, como visitar a una persona que vive sola o está enferma, darle un abrazo y convidar con algo por esta celebración a un pobre que va pasando.
“La Navidad es una excelente oportunidad para agrandar el corazón”, señaló.
Indicó que este tiempo no es solamente para cantar villancicos, “para ponernos melancólicos; todo eso sucede en Navidad y no se pueden evitar, somos seres humanos y sentimos, pero podemos dar un pasito más hacia adelante y aprovechar esa fecha para mejorar, para ver mejor las cosas”.