El hecho más reciente se produjo en San Lorenzo, cuando el piso de un baño del colegio José Dolores González se desfondó por entero.
El suelo se vino abajo mientras un perito de la Comuna local verificaba unas fisuras aparecidas en la pared que pusieron en alerta a las autoridades de la institución.
“El viernes (pasado) hubo un desprendimiento en la pared que divide el sanitario de varones. Entonces clausuramos, mandamos fotos al Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y llamamos al intendente de San Lorenzo (Albino Ferrer); nos dijo que iba a enviar un arquitecto para verificar”, contó la Lic. Gloria Agüero de Galeano, directora del colegio situado a la altura del km 15, a una cuadra y media de la ruta 1.
El experto fue ayer a la mañana para evaluar la magnitud del daño junto a obreros municipales y la tierra casi se los traga. El desplome del tapial, cuyo origen aún se desconoce, dejó a la vista un pozo de al menos metro y medio, según calculó. “Por suerte vimos a tiempo y se cerró todo. De hecho, desde el viernes ya estaba cerrado”, repuso Agüero, al comentar que es la primera vez que ocurre un derrumbe así en esa casa de estudios.
DOMINÓ. En octubre del año pasado, en menos de una semana, cuatro escuelas sufrieron el desplome de sus estructuras. El efecto dominó se inició tras el suceso en Lambaré, que dejó poco más de diez alumnos heridos.
En lo que va de 2016, se reportaron colapsos en once escuelas de diferentes puntos del país, cuatro de los cuales se registraron en el presente mes.