28 oct. 2025

Aseguradora no cubre avión del Chapecoense por haber ido a Colombia sin avisar

El avión de la aerolínea boliviana LaMia, que se estrelló con el equipo de fútbol Chapecoense brasileño, sí tenía un seguro, pero no puede aplicarse al accidente porque su piloto no notificó que iba a Colombia, explicó hoy el vicepresidente de BISA Seguros y Reaseguros, Alejandro Mac Lean.

Equipos de rescate recuperan los cuerpos del avión accidentado en el municipio de La Unión, departamento de Antioquia (Colombia) este 29 de noviembre de 2016. El defensa del Chapecoense Helio Nieto, uno de los seis sobrevivientes del accidente, tuvo un tr

Equipos de rescate recuperan los cuerpos del avión accidentado en Antioquia (Colombia). Foto: Archivo.

EFE

Mac Lean indicó en rueda de prensa que Colombia está excluido en principio como destino en el acuerdo contractual, por lo que la empresa ha rechazado pagar el seguro.

El avión, en el que viajaba la plantilla del Chapecoense desde Bolivia hasta Colombia, se estrelló el 28 de noviembre en un cerro cerca de Medellín, tras quedarse sin combustible.

En el siniestro murieron 71 de los 77 pasajeros del avión y sobrevivieron tres futbolistas, dos tripulantes y un periodista.

Mac Lean ofreció su explicación con el nuevo jefe de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Bolivia, Erick Vargas, y el secretario general de esa institución, Marcelo Maldonado.

No obstante, la aseguradora ratificó que ha establecido un fondo humanitario para indemnizar a las familias de las víctimas y a los pasajeros que sobrevivieron, aunque se desconoce el monto que se paga por un acuerdo de confidencialidad con su reaseguradora.

Maldonado confirmó que la póliza tenía una vigencia desde el 10 de abril de 2016 hasta la misma fecha del 2017 y que el certificado de seguro tenía una cláusula que excluía a Colombia como destino para la cobertura mundial del seguro.

Al mismo tiempo, esa cláusula determina que todo país excluido “podrá ser cubierto sujeto a los términos acordados por los aseguradores previa notificación del vuelo”, explicó Maldonado.

De modo que habría bastado una notificación del vuelo para anular esa exclusión y permitir la vigencia del seguro. El seguro de responsabilidad civil para pasajeros estaba contratado por 25 millones de dólares.

Ni el piloto del vuelo, Miguel Quiroga, que falleció en la tragedia, ni la compañía informaron a la aseguradora o reaseguradora de ese viaje, de modo que, según el contrato, no estaba cubierto.

Además, LaMia incumplió normas internacionales de navegación aeronáutica con consecuencias fatales y estaba atrasada en una cuota del pago de la prima a BISA, dos elementos que se añaden al rechazo del siniestro por parte de la empresa, detalló Mac Lean.

Lamia tenía tres pólizas contratadas con BISA: una de responsabilidad civil para pasajeros, otra para accidentes de la tripulación y una más pensada para cumplir la obligación impositiva en caso de que el avión hubiese sido nacionalizado en Bolivia.

Mac Lean especificó que el fondo alternativo para pagar indemnizaciones a los familiares de la tripulación lo administra el estudio jurídico Clyde & Company de Londres.

“El establecimiento del fondo primero responde a una decisión que ha tomado BISA y sus reaseguradores”, dijo el directivo, que destacó “la calidad del reasegurador líder de la operación, que es Tokio Marine, que ha tomado una decisión más allá de lo que establece la ley”, agregó el ejecutivo.

La empresa sí pagó 150.000 dólares a casi todas las familias de los tripulantes fallecidos y abonó los gastos médicos de los dos supervivientes, 25.000 dólares a cada uno.

“La compañía aseguradora se encuentra a la espera de la documentación de las familias que aún no han sido indemnizadas para poder concluir con el pago total de esta póliza”, añadió.

La empresa y la DGAC aclararon los alcances de la cobertura del avión después de que el ministro de Obras Públicas, Milton Claros, afirmará que el seguro y los papeles de la nave sí estaban vigentes y que se iba a hacer cumplir lo establecido en los contratos.

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