Uno de dichos argumentos fundamentales se basa en el informe médico forense, que concluye que el orificio de entrada de la bala que mató a Martínez fue por adelante, a la altura del pecho, y con orificio de salida en la espalda. Esto indica que el disparo fue ejecutado de frente, en forma perpendicular, y a una distancia de 70 a 75 centímetros.
La acusada declaró que su marido le propinó un culatazo con el arma de fuego, entre otros golpes y forcejeos; sin embargo, la misma no contaba con rastros de agresiones, señalan los argumentos de la Fiscalía. Asimismo, el plomo hallado en la mano de la víctima no es compatible con el disparo del arma de fuego que le mató, registra el informe.
También compromete a la acusada la declaración de su hija de diez años, quien dijo que vio a su mamá agarrar el arma de fuego que estaba sobre la heladera y disparar contra su padre cuando este salía de la casa.
La sentencia en este caso se dará el próximo martes 26, en el juzgado de San Lorenzo.