A pesar del excelente estado que presenta la capa asfáltica de la ruta 3 General Elizardo Aquino ,en el tramo comprendido entre Mariano Roque Alonso y el límite con Arroyos y Esteros, esta vía de circulación tiene deficiencias que constituyen un componente de alto riesgo para las personas que se movilizan por la zona.
Uno de esos elementos que deben ser imprescindibles en este tipo de obra vial es el de un eficiente sistema de alumbrado público, pero esta ruta no cuenta con ello en amplios tramos de su recorrido, lo que impide una adecuada visibilidad tanto para automovilistas como para los transeúntes.
Una oscuridad total reina en varios trayectos, iluminada solo a ratos por el paso de un automóvil o una motocicleta, lo cual es aún más peligroso en los puntos en los que se construyeron viaductos y pasos a desnivel, como es el caso del desvío a Puente Remanso, por citar un ejemplo.
Como ocurre en otras rutas del país, la falta de mantenimiento se suma a este panorama negativo para el ciudadano, principalmente, en lo que hace a la señalización horizontal.
En las zonas urbanas, como se da en la ciudad de Limpio, las franjas peatonales se encuentran despintadas en el pavimento y ello genera confusión en las personas, que al cruzar por cualquier punto de una a otra acera, lo único que hacen es estar expuestos a ser arrollados por las máquinas que pasan a gran velocidad.
IMPREVISIÓN. Otro aspecto que representa una omisión significativa con relación a la comodidad y seguridad de la gente es el de la falta de veredas y de resguardos para usuarios del transporte público.
Muchos se ingenian para aguardar el bus que les llevará a destino, en un intento por sentir en lo más mínimo posible el sofocante calor bajo un calcinante sol o de las precipitaciones que suelen caer en la región. La sombra que proyecta una columna o algún árbol o el uso de paraguas ayudan a paliar este déficit.
En algunos puntos que todavía se encuentran en obras, como parte del proyecto de ampliación del tramo que abarca los municipios de Mariano Roque Alonso y Limpio se producen relativos atascamientos de rodados debido a que deben reducir la velocidad ante los trabajos que se encaran por parte de los obreros.
La marcha para el tráfico ya se da de manera más fluida al superar el sector urbano limpeño hacia las comunas de Emboscada y Arroyos y Esteros, donde el pavimento no tiene daño alguno en su estructura y donde está instalada una adecuada señalización.
SIN RESPUESTA. El intento por conocer la opinión de técnicos del MOPC resultó infructuoso. El responsable de la Dirección de Comunicaciones de esta cartera estatal, Rubén Fernández, indicó que hay funcionarios que se encuentran de vacaciones. Dijo que los ingenieros Juan Meaurio e Ignacio Gómez podrían responder a las inquietudes de la gente y de ÚH, pero estos no atienden sus teléfonos móviles.
“Con el sol o cuando llueve es un drama. No sé cómo no prevén resguardos en una obra tan costosa”.
Pabla Céspedes, peatona.
Zona de intenso tráfico vehicular
Según el estudio de impacto de tráfico hecho por el MOPC para ampliar el tramo Roque Alonso-Limpio, diariamente pasan por la ruta 3 un total de 23.500 máquinas, entre vehículos particulares, motocicletas y buses. En la ficha técnica señalan que esta obra vial agiliza en gran medida el acceso a la capital desde el sector Norte.