Aunque parezca una obviedad, el cambio de año de 2016 a 2017, como cualquier otro, no implica ninguna transformación automática de la coyuntura. Es simplemente un cálculo del tiempo físico, de acuerdo con el calendario gregoriano. Se trata solo de un cambio de fecha. Así que no puede esperarse que la situación económica, social y ambiental del año que finaliza cambie significativamente en el Año Nuevo.
MACROECONOMÍA CONTINUARÁ BUENA. Como se ha visto en la columna anterior, en 2016 fueron noticias positivas el crecimiento del producto que, según el Banco Central del Paraguay, ha sido del 5%, así como el combate contra la inflación, que el parecer estará por debajo del 4%, junto con una buena administración de la oferta monetaria, del crédito y del tipo de cambio. La situación fiscal no culminó tan bien el año fenecido, porque la calidad del gasto seguía siendo mala, la demora en la ejecución de las obras públicas no se había superado, la evasión fiscal seguía siendo alta y la recaudación baja. Así las cosas, según Hacienda, el déficit fiscal ascendería a -1,5% aunque, según otras estimaciones dignas de crédito, sería realmente algo mayor.
MICROECONOMÍA REGULAR. Noticias solo regulares provenían en el 2016 de la microeconomía porque los microemprendimientos y proyectos rurales y urbanos, así como las empresas unipersonales de ambos ámbitos no tenían fácil acceso al crédito y la asistencia técnica, que se les brindaba, no les alcanzaba sino a una pequeña parte de los mismos. Don Juan Pueblo no sentía el bienestar, del que hacían gala los estratos encumbrados. Por otro lado, el consumo interno y las ventas al Brasil seguían con restricciones considerables.
LA MISERIA PUEDE AUMENTAR. También eran solo regulares las noticias sociales. De una población total de unos 7 millones de habitantes en 2016, más de 20% se hallaba en situación de pobreza y la mitad de esta en miseria (sin comida diaria y carente de vestimenta, educación, salud y techo). Estas 750.000 personas en extrema pobreza proliferan cuando aumentan las inundaciones. Los programas de ayuda social, impulsados por el sector público y privado así como por algunas organizaciones de la sociedad civil no logran cubrir sino solo una parte de las necesidades de los pobres en extremo.
LA ECOLOGÍA PUEDE EMPEORAR. También se recordaba, en la columna anterior, que la situación ecológica es realmente lamentable y grave. Paraguay se ha vuelto ya uno de los peores países depredadores de bosques en el mundo, lo que ocasiona precipitaciones en frecuencias mayores que las registradas históricamente. Esto acarrea mayores inundaciones y empeora la miseria. Por otro lado, la polución de suelo y subsuelo así como aire y aguas sigue aumentando. Hasta ahora, las medidas públicas y privadas aplicadas para reducirla no logran el éxito necesario.
AÑO NUEVO, CON LA INERCIA DEL VIEJO. Dentro de ese contexto, ya comprobado, el año 2017 será, más o menos, el mismo que el anterior. Creo que ya sería toda una conquista que no empeore la coyuntura observada el año pasado. Probablemente en términos macro y micro económicos las cotas a ser alcanzadas sean similares a las confirmadas en 2016. Algo similar puede decirse de la situación registrada en términos sociales y ambientales. La desigualdad social continuará pronunciada y el desequilibrio ambiental tal vez empeore aún más.
No obstante, hay que destacar que cada vez es mayor la conciencia crítica de la ciudadanía ante las deficiencias en políticas públicas y el egoísmo colectivo del sector privado. Esto puede ser una señal de que la cosa pública tendrá que ir mejorando en el futuro cercano para evitar desmadres políticos.
En la próxima entrega se abordarán los conflictivos temas del veto total al proyecto de Presupuesto público y de la enmienda para facilitar reelecciones. Dejarán huella en los inicios del 2017.