14 may. 2024

¿Y los ciclos de la gente?

Marta García

El sol y la lluvia son los elementos que tradicionalmente marcan el dinamismo de la economía paraguaya: en años de buena lluvia, el producto interno bruto (PIB) crece por los resultados positivos de la campaña agrícola y en años de condiciones climáticas adversas, ocurre lo contrario. Esta situación ha llevado por años a tomar la actitud de dejar que la economía se recupere por sí sola, sin mayores intervenciones desde políticas públicas.

Por otro lado, el presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), José Cantero, celebraba meses atrás que la estructura económica del país venía desarrollando nuevos motores de crecimiento, desde las áreas de industria, comercio y servicios. De esta manera, se justificaba la teoría de que el sector primario, representado por la producción agropecuaria, viene generando un aporte menor al PIB respecto a otras décadas.

Ante este nuevo panorama, el de una economía que empieza a diversificarse con mayor fuerza, es de esperar que la recuperación tras años malos ya no dependa únicamente de que el sol brille con acertada intensidad y la lluvia riegue suficientemente los sembradíos: son ya necesarios los mecanismos que permitan a los comercios seguir vendiendo y a los servicios, seguir satisfaciendo la demanda de su público.

Pero esta perspectiva no está presente en la actual respuesta del Gobierno al año de desaceleración económica, que en realidad se perfila para cerrar como un año de contracción del PIB. El BCP acudió a las ya acostumbradas resoluciones que dejan a sojeros y ganaderos con calificaciones crediticias que no son afectadas por los apuros financieros, y que liberan recursos provenientes de los ahorristas para que se puedan refinanciar las deudas de los mismos productores.

La Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) también hizo lo suyo, mediante la creación de una línea de crédito de G. 6.000 millones, con la cual bancos, financieras y cooperativas podrán acomodar las cuentas que productores agrícolas y pecuarios tengan con ellos, a una tasa más que atractiva, de 6,75% para operaciones en guaraníes y 5,25%, para las denominadas en dólares. Estas medidas demuestran que el Gobierno sabe muy bien cómo disipar los nubarrones que acechan a la producción primaria, pero ¿y los nuevos motores?

El acceso a refinanciación de deudas de pequeños comerciantes y profesionales independientes, por ejemplo, queda así a merced del ánimo de los banqueros, pues para ellos no se emitió disposición alguna desde la conducción de la política monetaria.

Si bien es cierto que se depende un poco menos de la tradicional agricultura y ganadería para crecer económicamente, no se puede obviar el hecho de que son sectores que inyectan y hacen circular gran parte de la masa monetaria del país. Esto quedó en evidencia con la reducción en la inyección de dinero circulante, que en abril pasado llegó al menor nivel en tres años, con lo cual es de esperar que disminuyan también el consumo y las inversiones.

Es tiempo de empezar a generar políticas que reconozcan el carácter cíclico de la economía paraguaya, pero no solo para aliviar las deudas de sojeros y ganaderos, sino para evitar que los años malos resulten en aumento del desempleo y cierre de pequeños negocios. Para los trabajadores y los emprendedores, no basta con que salga el sol para recuperarse, necesitan un Estado comprometido con el crecimiento económico y que permita un desarrollo inclusivo.

Más contenido de esta sección
Las ventas al público en los comercios pyme de Argentina cayeron un 25,5% interanual en febrero pasado, golpeadas por la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores a causa de la elevadísima inflación, y acumulan un declive del 27% en el primer bimestre del año, según un informe sectorial difundido este domingo.
El mandatario decidió crear el fondo nacional de alimentación escolar esperando un apoyo total, pues quién se animaría a rechazar un plato de comida para el 100% de los niños escolarizados en el país durante todo el año.
Un gran alivio produjo en los usuarios la noticia de la rescisión del contrato con la empresa Parxin y que inmediatamente se iniciaría el proceso de término de la concesión del estacionamiento tarifado en la ciudad de Asunción. La suspensión no debe ser un elemento de distracción, que nos lleve a olvidar la vergonzosa improvisación con la que se administra la capital; así como tampoco el hecho de que la administración municipal carece de un plan para resolver el tránsito y para dar alternativas de movilidad para la ciudadanía.
Sin educación no habrá un Paraguay con desarrollo, bienestar e igualdad. Por esto, cuando se reclama y exige transparencia absoluta en la gestión de los recursos para la educación, como es el caso de los fondos que provienen de la compensación por la cesión de energía de Itaipú, se trata de una legítima preocupación. Después de más de una década los resultados de la administración del Fonacide son negativos, así como también resalta en esta línea la falta de confianza de la ciudadanía respecto a la gestión de los millonarios recursos.
En el Paraguay, pareciera que los tribunales de sentencia tienen prohibido absolver a los acusados, por lo menos en algunos casos mediáticos. Y, si acaso algunos jueces tienen la osadía de hacerlo, la misma Corte Suprema los manda al frezzer, sacándolos de los juicios más sonados.
Con la impunidad de siempre, de toda la vida, el senador colorado en situación de retiro, Kalé Galaverna dijo el otro día: “Si los políticos no conseguimos cargos para familiares o amigos, somos considerados inútiles. En mi vida política, he conseguido unos cinco mil a seis mil cargos en el Estado...”. El político había justificado así la cuestión del nepotismo, el tema del momento.